Son momentos de cambios en el fútbol femenino. En pleno huracán de protestas por el caso Rubiales, las futbolistas siguen exigiendo mejoras en sus condiciones laborales. El Mundial femenino se ha convertido en un punto de inflexión, ha cambiado la profesión para siempre. Ha sido el Mundial de la visibilidad y la explosión del fútbol femenino ante los ojos de la gran masa de la población, y ha puesto el fútbol español en el centro de la ecuación después de que las jugadoras de casa se coronaran como campeonas del mundo, al margen de todo lo que las rodeaba.
Todo eso las ha empujado a exigir mejoras, tanto de condiciones laborales como salariales. Las jugadoras y sus sindicatos han decidido alzar sus voces y reclamar lo que consideran que les corresponde, y han puesto la Liga F entre la espada y la pared. Tras una serie de reuniones entre ambas partes, las negociaciones han quedado paralizadas porque las posturas están muy alejadas. Esta situación ha abocado a las futbolistas a una huelga que hará que no se disputen las dos primeras jornadas de la Liga F en esta temporada 2023-24.
Huelga en el fútbol femenino
Ya hacía días que lo avisaban. El pasado 1 de septiembre, los sindicatos (AFE, FUTPRO, Futbolistas ON, UGT y CCOO) y las jugadoras convocaron una huelga exigiendo mejoras salariales y también de sus condiciones laborales. La propuesta era clara: 25.000 euros de salario mínimo por temporada o no jugarían. La Liga F se movilizó para tratar de llegar a un acuerdo y evitar la huelga y se organizó una reunión en el SIMA para mediar entre ambas partes.
La reunión no fue fructífera. La Liga F no dio su brazo a torcer y, a pesar de la propuesta de mejora de las condiciones laborales y de las medidas para la conciliación de la vida laboral, la oferta de mejora salarial quedaba muy alejada de las expectativas de las jugadoras: 20.000 euros de salario mínimo anual con posibilidad de llegar a los 23.000 según los beneficios comerciales de la competición. Aunque es un aumento considerable con respecto a los 16.000 de la campaña anterior, queda muy lejos de los 25.000 que exigen las futbolistas. Después de que los sindicatos se reunieran con las jugadoras para evaluar la propuesta, la respuesta ha sido contundente: no hay acuerdo. La huelga es, prácticamente, inevitable.
El comunicado de la Liga F
La Liga F ha hecho público un comunicado explicando, desde su punto de vista, cómo se desarrolló la reunión y las diferentes propuestas que se presentaron. "La Liga F [...] hizo un enorme esfuerzo por mejorar no sólo el salario mínimo, sino que además ofreció numerosas medidas en materia de maternidad, conciliación de la vida personal, familiar y laboral, y otros beneficios para las futbolistas relacionados con su formación y desarrollo profesional", empieza el comunicado. Sin embargo, la Liga asegura que los sindicatos no estaban dispuestos a negociar: "La respuesta de la parte sindical fue tajante, mostrando un absoluto inmovilismo en sus planteamientos económicos, sin mostrarse dispuestos a negociar sus exigencias salariales, además de no valorar los beneficios de conciliación familiar y formación ofrecidos".
Para acabar, la Liga culpa a los sindicatos de ser a los responsables de la huelga: "De esta forma, la irresponsabilidad y falta de talante y altura de miras de los sindicatos abocan a clubes y las jugadoras a una huelga que perjudica de manera muy grave la imagen el fútbol femenino español en un momento en el que todos los actores deberían haber entendido el evidente potencial de crecimiento del que todas las partes podrían haberse beneficiado". Además, amenazan con que no cederán a las presiones: "Esta Liga Profesional, por evitar una huelga, no cederá a la presión ni aceptará propuestas que supongan el colapso económico de la competición, y, por tanto, el fracaso del fútbol profesional femenino". Si nada cambia, cosa poco probable, este 8 de septiembre arrancará una huelga que se alargará durante las dos primeras jornadas de la competición. Habrá que esperar para que empiece el fútbol, pero, mientras tanto, la lucha continúa.