El Girona sabía que se adentraba en una temporada complicada y así lo está siendo. El equipo de Míchel está mostrándose muy irregular, pero el intangible de Montilivi le levanta los ánimos y una tarde mágica como tantas se vivieron durante la pasada temporada tuvo lugar este pasado domingo ante el Athletic Club.
El conjunto blanc-i-vermell se llevó los 3 puntos in extremis (2-1) gracias a un recital de un Paulo Gazzaniga que paró 3 penaltis y de un Cristhian Stuani que selló el triunfo de los suyos desde el punto de penalti. Era el último minuto y el Girona tenía entre sus filas a un hombre de hielo, infalible desde los 11 metros para sumar su gol número 133 para la entidad catalana. El uruguayo dio 3 puntos en los locales, una victoria colectiva de ensueño, pero que, por el contexto del partido, se convertía en todavía más idílica.
Dos tributos concedidos de la mejor de las maneras
No se trataba de un partido cualquiera, se trataba de un partido en el que había dos tributos preparados que el equipo pudo conceder de la mejor de las maneras. Primeramente, porque un joven aficionado al que le había tocado vivir un episodio para el olvido hacía menos de una semana tuvo un día que nunca olvidará. Gerard Calzada, seguidor de 10 años del Girona, fue víctima de una gamberrada de los ultras del Feyenoord. Parte de la afición neerlandesa se dedicó a insultar y lanzar objetos contra la grada local, teniendo este joven fan la mala suerte de que una botella llena de cerveza le impactó de pleno en la cabeza.
Al viralizarse el vídeo a través de las redes sociales, el presidente de las peñas del Girona trató de ponerse en contacto con el padre de Gerard, Eduard Calzada, tomando el club acción y tratando de hacerle pasar a la familia el mal trago. Por esta razón, tanto Gerard Calzada como su familia no solo fueron invitados a ver el Girona-Athletic Club desde tribuna, sino que conocieron a Míchel y a los jugadores y se llevaron una camiseta firmada a casa de la que hay que destacar la firma de Portu, su ídolo.
Stuani y su cuenta pendiente con Jose y el Jovent Gironí
La épica victoria del Girona en el último minuto cobró todavía más sentimentalismo al producirse ante los ojos de un Gerard Calzada y de un Eduard Calzada que habían vivido 6 días antes una tarde de disgustos. No obstante, el suyo no fue el único tributo memorable por parte del club, y es que tras el pitido final, Stuani culminó el segundo gran gesto del Girona. El delantero uruguayo se dirigió al grupo de animación de Montilivi, el Jovent Gironí, para regalarle su camiseta a uno de sus integrantes.
El motivo de todo, el reciente falllecimiento de su padre Jose, un tributo inolvidable que hizo todavía más redonda una tarde mágica vinculada al Girona. Partido con victoria en el último minuto, 3 penaltis parados, máxima emoción y, de paso, un recuerdo que durará toda la vida.