Javier García Pimienta ha perdido por completo la paciencia con dos piezas del Sevilla, a las cuales quiere fuera durante el verano. Ambos jugadores han sido una auténtica ruina, considerando el dinero que tuvieron que pagar por ello, y el sueldo que perciben, ya que el rendimiento que han ofrecido en todo momento ha estado muy lejos de las expectativas que generaron. Y este curso han tenido un rol totalmente secundario, por no decir residual.
El primero de ellos es Marcao, quien fue una apuesta personal de Monchi cuando se confirmó la venta de Diego Carlos al Aston Villa, conjunto donde curiosamente ahora trabaja como director deportivo. 13 millones de euros tuvieron que desembolsar al Galatasaray turco, convencidos de que podría llegar a igualar, e incluso mejorar, el nivel de su compatriota. Pero la realidad es que ha sido un fracaso, y las lesiones no le han permitido jugar prácticamente nada.
Y cuando ha estado disponible, ha sido constantemente señalado por su fragilidad defensiva y su poca contundencia, mostrándose propenso a cometer errores. El exentrenador de la UD Las Palmas y del Barça Atlétic tan solo le ha permitido jugar en un total de 687 minutos esta campaña, y está prácticamente desaparecido desde el mes de noviembre. Así que ya ha trasladado a Víctor Orta que le busque un comprador, para poder perderlo de vista.
Un caso similar, e incluso más preocupante, es el de Tanguy Nianzou Kouassi, quien en su momento fue considerado como uno de los centrales con más proyección de todo el planeta. Irrumpió en el primer equipo del Paris Saint-Germain cuando tan solo era un adolescente, y dejó muy buenas sensaciones, una cosa que le sirvió para que el Bayern de Múnich apostara por su fichaje, aprovechando que finalizaba contrato. Pero en Alemania nunca acabó de encajar.
Y dos años después, desde el Ramón Sánchez Pizjuán se atrevieron a invertir 16 ‘kilos’, llegando el mismo verano que Marcao, y con el objetivo de hacer olvidar la venta de Jules Koundé al Barça.
Kouassi, apartado por García Pimienta
Kouassi ha jugado incluso menos que Marcao, y tan solo ha estado en el terreno de juego en un total de 520 minutos repartidos en seis partidos. Ha quedado apartado de las rotaciones de García Pimienta, y tampoco le han ayudado sus constantes problemas físicos.
Orta tiene la orden de echar a ambos, tres años después de su aterrizaje en Nervión.