Josep Maria Bartomeu se queda sin opciones para mantener el cargo de presidente del FC Barcelona, después que la Secretaría General del Deporte haya dado luz verde a la celebración del voto de censura impulsada por 'Més que una moció'.
Tal como ha admitido el FC Barcelona mediante un comunicado, "en el transcurso de la reunión [entre la Generalitat y el FC Barcelona], el Govern ha trasladado al club que a día de hoy no contempla ningún impedimento de tipo legal ni sanitario a fin de que el voto de censura se pueda realizar con seguridad en las fechas previstas, siempre que se incorporen las recomendaciones de tipo técnico trasladadas a la entidad en clave Covid-19 en los protocolos organizativos de la votación."
El Barça pide aplazar la votación 15 días
Viendo ya imposible la posibilidad de anular el voto de censura, el club intenta ahora ganar tiempo, y por eso ha pedido aplazar la votación al 15 y 16 de noviembre, un cambio que contradice lo que dicen los Estatutos. "Para la organización, por su complejidad, el club requiere de un mínimo de 15 días de preparación, motivo por el cual ha solicitado al Govern la autorización para llevar a cabo el voto de censura los días 15 y 16 de noviembre", afirma el club en su comunicado. En los próximos días la Generalitat dará respuesta a esta petición.
Bartomeu, contra las cuerdas
Bartomeu, pues, tiene que asumir que es la hora de afrontar la realidad. El presidente, confinado por un contacto positivo, tendrá que decidir si dimite o si afronta el histórico voto de censura que pretende echarlo del trono del Camp Nou. Tal como explicábamos este martes, el máximo responsable del club tomará la decisión en una reunión con sus directivos que se celebrará el lunes 26 de octubre, dos días después del Clásico y una semana antes de la fecha convocada para la votación.
Se acercan, pues, horas clave en las oficinas del Camp Nou. La primera cuestión sobre la mesa, conocer si la Generalitat aceptará o no aplazar 15 días la votación, y después saber cuáles serán las medidas que el club tomará para garantizar la seguridad de la masa social blaugrana durante la votación. Además, claro está, hay que resolver el futuro del presidente. Si dimite, la moción triunfará y no hará falta que se celebre el referéndum.