Uno de los grandes nombres del tramo inicial de la temporada del Barça es, sin ninguna duda, el de Gerard Piqué. Y no porque el central ha sido clave con sus intervenciones para salvar goles, o porque un remate suyo en un córner haya acabado en el fonde de la red rival. Todo lo contrario. Gerard Piqué sigue ocupando titulares, en algunos medios por su vida privada, y en los de información deportiva porque no ha jugado ningún minuto en las dos primeras jornadas de Liga Santander.
Gerard Piqué, desaparecido en los dos primeros partidos
Tanto en el empate contra el Rayo Vallecano como en la goleada ante la Real Sociedad, la pareja de centrales fue la formada por Eric Garcia y Andreas Christensen, con Ronald Araujo como lateral derecho, y Piqué se pasó ambos encuentros en el banquillo, y sin llegar a calentar. La situación para el central es inédita desde su vuelta a Barcelona en 2008, pero él, por lo menos, no parece preocupado. Aunque Xavi Hernández, que lo conoce bien, ha demostrado que para él no importan los nombres o las edades, el entrenador blaugrana es lo suficientemente listo como para evitar que se le revolucione el gallinero.
Hay que tener en cuenta que Piqué acabó la pasada temporada lesionado, y siguió con su proceso de recuperación en la pretemporada, donde empezó a tener minutos, aunque con restricciones. En ninguno de los cuatro amistosos que disputó pasó de los 45 minutos, y en los dos primeros no llegó a jugar ni media hora de encuentro. De ahí se entiende, en parte, que Xavi Hernández no quiera correr riesgos con un jugador de 35 años que acumula un tiempo de inactividad.
Xavi Hernández y la gestión de vestuario
Además, el entrenador todavía no ha podido contar con Jules Koundé, que no ha podido ser inscrito, por lo que una lesión de Piqué habría dejado al equipo cojo de centrales. Pero cuando pueda jugar Koundé, el francés debería ser el titular al lado de Araujo, que volvería al eje de la defensa si se confirma el fichaje de un lateral derecho.
Cuando estén todos, Piqué sabe que irá jugando para dar descanso a los teóricos titulares, o si alguno de ellos tiene un bajón de rendimiento. Es consciente que su rol en el equipo ya no es el de líder de la defensa, por lo menos sobre el césped, y lo está asumiendo con bastante discreción. Si sigue así durante todo el año, no habrá problema, pero no es raro pensar que puede salir el carácter de uno de los capitanes pidiendo más minutos. La temporada es larga, y parte del trabajo del entrenador es la gestión del vestuario. Xavi, que conoce bien a las vacas sagradas, no debería tener problema para encontrar la mejor solución para todos.