Jesús Gil Manzano, el árbitro designado para dirigir la final de la Supercopa de España entre el Barça y el Real Madrid, fue uno de los grandes protagonistas del partido, pero para mal. Su actuación fue pésima, hasta el punto de tragarse dos acciones clarísimas en las que el VAR le rescató: el claro penalti de Camavinga a Gavi y la clara expulsión de Szczesny al derribar a Mbappé. Tal y como informó en la Cadena COPE el periodista Isaac Fouto, amigo personal de Gil Manzano, el colegiado terminó el partido hundido, consciente de que había completado una actuación muy negativa.

Por lo que se refiere al partido, Gil Manzano no fue decisivo gracias a la enorme superioridad del Barça. El problema para el extremeño es que se está jugando ser uno de los elegidos para arbitrar el Mundial del 2026, que acogerán México, Estados Unidos y Canadá, y sabe que actuaciones como las de este domingo le dejan en muy mal lugar. "Dirigir una final es una responsabilidad, porque hay un equipo que va a conseguir un título y la competición termina ahí. Sabes la responsabilidad que tienes en cada una de las decisiones que vayas a tomar", afirmó el extremeño antes de la final. "Detrás de un árbitro hay una persona, un esfuerzo, un sacrificio y unos objetivos por los que peleas, trabajas y luchas cada día”, añadió Gil Manzano. Y uno de esos objetivos es el Mundial del 2026.

Del penalti de Camavinga a Gavi...

Porque las dos acciones de VAR fueron solo la punta del iceberg de una actuación pésima, impropia de un Clásico. Gil Manzano obvió una clara falta de Vinícius en el inicio de la acción del 1-0 de Mbappé, iniciando así un festival arbitral para el olvido. Después llegó la lesión de Mbappé, en la que Gil Manzano permitió que los médicos del Real Madrid vendaran el tobillo del jugador, cuando lo que marca el reglamento es que el francés debería haber sido atendido en la banda, para no parar el ritmo del partido.

Acto seguido llegó el penalti, de libro, de Camavinga a Gavi. Gil Manzano está justo delante y ordena al andaluz que se levante, obligando al VAR a parar el juego y enviar al extremeño al monitor, para que señale penalti y amoneste a Camavinga. Y esta amarilla tendría que haber sido clave, ya que antes del descanso el francés tendría que haber visto la segunda, por una falta absurda sobre Lamine Yamal, porque le para agarrándolo con las dos manos. Gil Manzano, inexplicablemente, no le mostró la tarjeta.

... a la expulsión de Szczesny (y las no expulsiones de Camavinga y Vinícius)

Y la actuación de Gil Manzano no mejoró en la segunda parte, ni mucho menos. Se tragó la expulsión de Szczesny, una acción en la que Vinícius vio amarilla por protestar. Poco después, el brasileño le hizo una falta muy dura a Kounde, al que pisó en el talón, una acción de amarilla, muy clara, pero Gil Manzano, que estaba en pleno festival de amonestaciones, decidió no expulsar a Vinícius. El motivo nunca se sabrá.

El Clásico terminó con 9 amarillas y 1 roja y con el Barça celebrando la victoria. En la entrega de medallas, Gil Manzano tenía el rostro desencajado. Era consciente de que su actuación había estado muy por debajo del cartel del partido. El Mundial del 2026 se aleja.

Durísima crítica del hermano de Pedri a Gil Manzano

Antes de la final, de hecho, en el Barça había preocupación con la designación de Gil Manzano, un árbitro de muy mal recuerdo para los blaugrana. Antes del partido, por ejemplo, el Real Madrid sumaba un 3 de 3 en los Clásicos con el extremeño, que sin ir más lejos fue el árbitro que expulsó a Lewandowski en un Osasuna-Barça y que endureció el acta, porque el polaco se había tocado la nariz, un texto que provocó que Lewandowski fuera sancionado con tres partidos.

En el club mantuvieron el silencio, pero no hizo lo mismo el hermano de Pedri, que criticó a Gil Manzano en las redes sociales. "Estos son muy malos, madridistas a tope, vaya arbitraje, no deberíais pitar ni en Segunda. No ve nada. Si no es por el VAR se traga un penalti y una expulsión, y lo del linier ni te cuento...".