En vísperas de lo que será un derbi de Champions, es imposible no pensar en lo habitual que se ha vuelto el intercambio de jugadores entre Barça y Girona en las últimas temporadas. De hecho, Pau Víctor es el último nombre en recorrer un camino que en las últimas dos campañas han tomado hasta tres jugadores más: Eric García, Pablo Torre y Oriol Romeu. Y es que a pesar de que no haya sido una relación forjada durante años, la conexión entre blaugranas y blanquirrojos ha ido en aumento con el paso del tiempo y está viviendo en estas últimas temporadas su punto más álgido, haciendo que este derbi sea el de las caras conocidas.

Pau Víctor gol Barça Real Madrid Nueva York / Foto: FC Barcelona
Pau Víctor ha sido el último traspaso entre Girona y Barça / Foto: FC Barcelona

Pau Víctor, el último negocio entre Barça y Girona

Pau Víctor ha sido una de las revelaciones de esta pretemporada. El canterano gironí jugó la temporada pasada cedido en el filial culé y sus buenas actuaciones han llevado a que la dirección deportiva de Can Barça apueste por él incorporándolo en propiedad el pasado mes de julio. Pichichi en Primera RFEF en la pasada campaña, esta pretemporada ha estado bajo las órdenes de Hansi Flick y, de momento, ya ha enamorado al alemán. Prueba de ello es su debut en Mestalla con el primer equipo.

"Mi primera reacción fue llorar", explicaba Víctor en una entrevista con la plataforma Barça One. Y es que el delantero de Sant Cugat, culé y socio del Barça desde la cuna, es solo el último reflejo de una conexión entre Girona y Barcelona que ha ido creciendo con los años. Antes del joven atacante, Pablo Torre fue uno de los últimos que vistieron ambas camisetas. El centrocampista cántabro, recién fichado del Racing de Santander, puso rumbo a Montilivi después de haber disputado poco más de 100 minutos vestido de blaugrana. A las órdenes de Michel, la temporada pasada participó en 26 duelos con el histórico Girona que consiguió la clasificación a Champions League y dejó 1 gol y 2 asistencias. Ahora tratará de hacerse un hueco en el esquema de Flick.

Diego López Pablo Torre Valencia Girona / Foto: EFE
Pablo Torre durante el Girona-Valencia / Foto: EFE

Una relación que se tensó con el fichaje de Oriol Romeu 

Una situación totalmente contrapuesta a la que han vivido Eric García y Oriol Romeu. En ambos casos, el desempeño de los dos jugadores fue mejor vistiendo la camiseta blanquirroja que sobre el césped del feudo culé: el central salió buscando minutos y recuperar confianza en Montilivi, mientras que el centrocampista recaló en Can Barça con la difícil tarea de llenar el vacío que dejó Sergio Busquets. Tan solo una temporada después, Romeu ha vuelto a Girona, donde sobresalió justo antes de recibir la llamada de la dirección deportiva blaugrana. 

El de Ulldecona se hizo un intocable en Montilivi, llegando a disputar cerca de 3.000 minutos con la blanquirroja en la temporada 22/23 y siendo una pieza clave de la columna vertebral del equipo. Fue en ese momento cuando la relación entre clubes marcó un antes y un después: los blaugranas contactaron con el futbolista a espaldas de Quique Cárcel y eso sentó mal en la dirección deportiva gironina. Romeu salió del club, pero bajo las órdenes de Xavi, si bien es cierto que tuvo 28 apariciones, no superó la barrera de los 1.000 minutos y no logró hacerse dueño de la posición de pivote. Ahora tratará de renacer como futbolista en el equipo de Michel.

Oriol Romeu pretemporada Girona / Foto: Girona FC
Oriol Romeu durante la pretemporada con el Girona / Foto: Girona FC

Algo similar sucede con Eric García: la lesión de última hora de Marc Bernal hizo que el central tuviera que deshacer unas maletas que ya estaban facturadas con destino a Montilivi. El ex del Manchester City levantaba más dudas que convicciones como jugador del Barça y, sumado a los problemas de inscripciones que atraviesan los culés, hizo que el futbolista se fuera a préstamo al Girona. Allí se hizo prácticamente un fijo en el once de Michel y formó parte de un equipo que ya es histórico. Tan buena fue su experiencia que todo estaba dispuesto para que volviera a vestir la blanquirroja. Sin embargo, con la lesión de Bernal, Flick le cerró las puertas de salida.

Gumbau, Muniesa o Carles Planas también vistieron las dos camisetas

A pesar de que el movimiento de futbolistas entre Girona y Barça se ha acentuado durante las últimas temporadas, uno de los predecesores de esta relación entre ambos equipos es Albert Jorquera. El portero de Bescanó, producto de la Masia y compañero de Victor Valdés en el Barça de Rijkaard, recaló en Montilivi después de vestir en 24 ocasiones la camiseta blaugrana. Pero no fue el único, sino que Gerard Gumbau, Marc Muniesa o Carles Planas también vistieron las dos equipaciones.

Boateng Muniesa Barça Girona FC Barcelona
Muniesa durante un partido entre Barça y Girona FC / Foto: Barcelona

En el caso de Gumbau, la falta de continuidad en el primer equipo culé le llevó a tomar la decisión de buscar un nuevo destino lejos de Can Barça. Tras pasar por el Leganés, el canterano gironí decidió volver a casa para tratar de asentarse. Lo mismo sucedió con Muniesa o Planas. El central era una de las mayores perlas de la Masia y llegó a debutar con el primer equipo, pero una grave lesión de rodilla le cerró las puertas del Barça. Después de un breve paso por la Premier League, en Girona consiguió reencontrarse como futbolista varias temporadas después. El lateral, que hizo el camino completo por las categorías inferiores, también llegó al primer equipo, pero la falta de continuidad le llevó a Montilivi como refuerzo en el ascenso a Primera División.

Pero sin duda, el caso más curioso es el de Delfí Geli. El actual presidente del Girona también vistió ambas camisetas: inició su carrera deportiva en su tierra y logró debutar con la camiseta blanquirroja con apenas 20 años justo antes de recalar en el filial blaugrana. Solo pudo defender la camiseta culé en la élite en una ocasión antes de volver a Girona para vivir sus dos últimas temporadas como futbolista.

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Delfí Geli, presidente del Girona / Foto: Girona FC

Ahora, como directivo, Geli es testigo del constante movimiento entre clubes que, en gran parte, viene dado por el buen nivel del equipo gironí en las últimas campañas. De hecho, la pasada temporada los blanquirrojos le endosaron 8 goles entre los dos partidos a los culés y, a la espera de saber qué sucede en el futuro, estamos en vísperas de un derbi que este año será de Champions. Después de que los de Michel firmasen una gesta que ya es historia del fútbol, esta será una prueba de fuego para una semana en la que los gironins también se estrenarán en la máxima competición europea de clubes (el próximo jueves 18 en el Parque de los Príncipes de París).