Cada vez es más fácil echar un vistazo a la clasificación de LaLiga EA Sports y acostumbrarse a ver al Girona FC ocupando las primeras posiciones. Jornada 12 y el conjunto de Míchel se alza en la primera posición, líder en solitario, habiéndose disputado casi un tercio de la competición. Para frotarse los ojos... o no. Y es que el equipo gerundense ofrece una propuesta futbolística atractiva, clara y la sintonía entre el staff y los jugadores es palpable. Se conocen, se entienden y, lo que es más importante, se ve reflejado en el terreno de juego. Pero el camino no ha sido precisamente de rosas. Los aficionados rojiblancos más veteranos —y los más jóvenes, también— recordarán perfectamente las repetidas collejas que ha sufrido la entidad hasta llegar a ser el equipo de moda en Europa. Repasamos la historia más reciente del Girona para saber cómo ha llegado hasta aquí.

Una montaña rusa de emociones en 23 años

El siglo XXI es sinónimo de montaña rusa con respecto al Girona FC. 5 ascensos y 2 descensos marcan las últimas dos décadas del equipo gerundense. Montilivi ha vivido inmensas alegrías, pero también fracasos estrepitosos. Las temporadas 2000/01, 2001/02 y 2002/03 el conjunto catalán militaba a 3a División, materializando el ascenso a la ya defenestrada 2ª División B, donde se mantuvo durante dos temporadas hasta que bajó otra vez a 3a en la 2005/06.

Dos ascensos consecutivos

Las temporadas 2006/07 y 2007/08 supusieron una insuflación de aire fresco y optimismo para una parroquia que celebraba el ascenso a 2a División B y, un año después, a 2a División, donde volvía 49 años después de disputar el último partido a la categoría de plata la temporada 1958-59. Desde la 08/09 y hasta la 16/17, los rojiblancos mantuvieron la categoría. Una aparente tranquilidad, ya que fueron unos años en los cuales pasó de todo y la calma no afloraba por el césped de Montilivi. Los primeros 4 años en su retorno a 2a no fueron precisamente fáciles, alcanzando la 11ª posición como la más alta y en la cual el descenso sobrevaloró la capital gerundense.

Montilivi en un partido contra el Espanyol / Foto: Bernat Aguilar

La 2012/13, un cambio de tendencia agridulce

El primero 'y si...' resonó en Girona el año 2012/13 cuando el equipo quedó en 4ª posición, en zona de play-off, y disputó las eliminatorias para alcanzar el ascenso a Primera por primera vez en toda su trayectoria. Fue una temporada muy sólida, estableciéndose en el top 6 a lo largo de 41 de las 42 jornadas. De hecho, un mal final de temporada —sumando 4 de los últimos 15 puntos posibles— impidió que el equipo entonces entrenadp por Joan Francesc Ferrer 'Rubi' subiera directamente en Primera. Aquel año, el Girona se plantó a la final del play-off después de superar el Alcorcón por un global de 4-2. En la última ronda, el conjunto catalán se vio ampliamente superado por un 4-0 delante de la Almería, perdiendo una oportunidad histórica.

Pablo Machín, exentrenador del Girona / Foto: Girona FC

Y, después de una casi alegría completa, a uno (prácticamente) desastre absoluto. Y es que la temporada 2013/14 el Girona finalizó en 16ª posición y solo dos puntos por encima del descenso. De hecho, aquel curso vivió 23 jornadas consecutivas en la zona roja, saliendo a la última jornada después de firmar 7 puntos de 9. Aquel año fue muy convulso en Girona con problemas dentro del terreno de juego —3 entrenadores en un solo curso— y los problemas económicos que atravesaba la entidad. La llegada de Pablo Machín lo cambió todo. Era la jornada 30 y los rojiblancos deambulaban en la última posición. El técnico soriano revirtió la situación de arriba abajo sumando 21 puntos de 39, un bagaje suficiente para salir del pozo y establecerse en la 16ª y definitiva posición. Una decisión en los despachos acertada y que, quién sabe, si hoy el Girona no sería equipo ni siquiera de Primera División.

2014-15 i 15-16: las temporadas del 'Orgull Gironí'

Pablo Nicolás Caballero no ha jugado nunca al Girona FC, pero es uno de los jugadores más recordados para el público de Montilivi. Y es que a la última jornada de la 14/15, un gol del entonces jugador del Lugo al 89' frustró el ascenso directo de los catalanes. Un final cruel e impregnado a la memoria de muchos, uno de los días más negro de la historia de este club casi centenario. Se repetía la desdicha de la 12/13, pero esta vez con un golpe mucho más bajo. El equipo dirigido por Machín acabó 3º y en el play-off llegó el remate mortal y definitivo. En el partido de ida, los gerundenses se impusieron por 0-3 en la Zaragoza, pero en la vuelta los aragoneses remontaron por un 1-4 y se clasificaron por la final gracias al gol average. Una temporada que apuntaba maneras, pero que acabó convirtiéndose en una pesadilla que se quedó a la memoria de muchos jugadores y simpatizantes.

El lema ya sagrado del Orgull Gironí / Foto: Girona FC

Con el reto de sobreponerse a este golpe tan duro, Machín, que ya cargaba en la espalda su tercera temporada dirigiendo a los rojiblancos, consiguió clasificar de nuevo el Girona para las eliminatorias de ascenso a la división de oro. En aquella ocasión, los catalanes llegaron a la final después de superar la Córdoba por un total de 4-3, después de una épica remontada a la vuelta. A la final, sin embargo, tocó cruz y cayeron ante el Osasuna (1-3, global) que previamente había eliminado el Gimnàstic de Tarragona.

4 de junio de 2017: Montilivi revienta de euforia

En el fútbol predomina el talento y la química entre jugadores y staff. Y, aquí, juega un papel clave la fuerza mental. Y Pablo Machín y sus hombres alcanzaron un hito historia en la ciudad con el ascenso a Primera División el 4 de junio de 2017 después de un empate sin goles contra la Zaragoza. 87 años más tarde de la creación del club y tres intentos fallidos después, el Girona FC jugaría por primera vez en su historia un partido a la máxima categoría del fútbol. Era el segundo año de Delfí Geli a la presidencia del club y el cuarto del técnico de Soria al banquillo. Un proyecto que tenía dos caras visibles sólidas y unos jugadores comprometidos con el club.

Stuani marcó el primer gol del Girona en Primera División / Foto: Girona FC

La aventura a 1a División duró tan solo dos temporadas. Un primer año sólido con una 10ª posición final hacía soñar los gerundenses, así como resultados chalados como la victoria para 2 goles en 1 contra el Real Madrid. La trayectoria en la 18/19 fue bien diferente, con un inicio prometedor y un final decepcionante. Solo 3 puntos en las últimas 10 jornadas fue el bagaje de un equipo dirigido por Eusebio Sacristán y que vio cómo se alejaba de las posiciones europeas hasta caer en el pozo de 2ª División solo un par de años más tarde.

A la tercera va la vencida

La crueldad se repitió en el conjunto gerundense, un equipo que tanto en la 19/20 como en la 20/21 se clasificó para el play-off de ascenso después de quedar en 5ª posición. La Almería fue el primer rival en unas semifinales que el Girona superó por un 1-3 global. A la final, sin embargo, un gol del catalán Pere Milla en el 90+6' hundió al equipo de Francisco Rodríguez un año más a la categoría de plata. A la 20/21 la historia se repitió punto por punto: acabar a la 5ª posición y ganar en las semifinales al Almería por un contundente global de 3-0. A la final, nuevamente derrota, en aquella ocasión contra el Rayo Vallecano después de que remontara el 1-2 de Vallecas con un 0-2 en Montilivi.

Partido del Girona en Tenerife el junio de 2022 en el que alcanza el ascenso a Primera / Foto: EFE

Dicen que a la tercera va a la vencida. Y siguiendo los pasos de este dicho es como el Girona materializó el ascenso a Primera, por segunda vez en la historia, después de una épica que sonrió a los ya entonces hombres de Míchel. El entrenador madrileño consiguió catapultar a los gerundenses a la máxima categoría después de superar al Eibar en las semifinales de play-off y con una prórroga de por medio. A la final, y después de un empate sin goles en Montilivi, el Girona superó por 1 gol a 3 al Tenerife alcanzando el ascenso y demostrando que el 'Orgull Gironí' no muere nunca.

Ya situados en el presente, los rojiblancos disputan su cuarta temporada en Primera División, después de que en el anterior, la 22/23, los catalanes quedaran en la 10ª posición con 49 puntos y ofreciendo pinceladas de un nivel de juego que estos meses todo el mundo está comprobando.

Míchel catalán

Sería injusto otorgar todo el mérito deportivo que está consiguiendo el Girona en una sola persona. Ahora bien, buena parte de la 'culpa' la tiene Miguel Ángel Sánchez Muñoz, 'Míchel'. Él es el director de orquesta de una entidad muy bien coordinada con el presidente Delfí Geli —9ª temporada en el club— y Quique Cárcel, director deportivo del club desde el 2014 y renovado recientemente hasta el 2027. Ellos son el tridente mágico que ha diseñado un proyecto sólido y que transpira confianza por todos lados.

Míchel se hizo cargo del equipo la temporada 21/22 después de un nuevo intento frustrado de ascenso a la máxima categoría. Los inicios fueron complicados, con el equipo en descenso a la octava jornada, sin embargo, poco a poco, se recuperó y enfiló posiciones en la clasificación hasta acabar clasificándose como sexto para la fase de play-off. Después de conseguir el preciado ascenso, Míchel consiguió mantener el equipo en Primera. Y lo hizo de manera brillante, como décimo clasificado y con un juego reconocible de buen trato con la pelota. Esta temporada ha seguido el modelo, con un estilo de fútbol de toque, pero sin perder verticalidad, y ha llegado a cotas de éxito impensables, llegando a ser líderes de la categoría actualmente.

Míchel, dirigiendo un partido del Girona / Foto: EFE

Los números de Míchel son más que notables. En la competición doméstica, ha dirigido el equipo en 96 partidos: 42 a Segunda división, 4 de play-off y 50 en Primera. 45 victorias, 20 empates y 31 derrotas. Números que lo sitúan como el mejor entrenador del club, superando uno mítico como Pablo Machín.

Y, ahora, a soñar

Líder en solitario después de haber sumado 31 puntos de 36 posibles, el Girona ha cumplido prácticamente el objetivo de la temporada: la permanencia. A partir de aquí, ir partido a partido para estirar al máximo posible el chicle y, en el mejor de los casos, 'hacer' un Leicester o acabar la temporada en posiciones europeas. A la jornada 7, con 19 puntos de 21, por primera vez a la historia lideraba en solitario la Liga. Dos meses después lo vuelve a hacer. Lo más fácil era caer y empezar a perder puntos con respecto a los denominados 'grandes', pero los hombres de Míchel no entienden de imposibles y han repetido la proeza unas jornadas después, convirtiéndose nuevamente en líderes en solitario y manteniendo a raya el Real Madrid y el Futbol Club Barcelona, a 2 y 4 puntos respectivamente.