El Girona no tiene tiempo que perder. Este lunes, el club rojiblanco anunció la destitución de su técnico, Juan Carlos Unzué, sólo 5 meses después de haberlo contratado. El entrenador navarro ha conseguido 5 victorias, 6 derrotas y 1 empate en 12 jornadas, unas cifras que se han traducido en 16 puntos, a 3 del play-off y a 4 de las posiciones de ascenso directo. Aunque la situación en la clasificación no es especialmente alarmante, la respuesta del director deportivo, Quique Cárcel, ha sido unilateral: Unzué despedido y Juan Carlos Moreno, hombre de su confianza, entrenador provisional del primer equipo.

Este curso la entidad gerundense cuenta con el presupuesto más alto de la categoría -triplicando el de la mayor parte de equipos de Segunda- y tiene a su disposición a muchos de los jugadores que formaban parte de la plantilla de Primera. El club ha hecho un gran esfuerzo económico para retener a Cristhian Stuani, la pieza angular del proyecto, pero además ha atado otros hombres clave como Juanpe, Àlex Granell o Borja García y ha firmado futbolistas de calidad contrastada como Pablo Maffeo, Samu Saiz o Jonatan Soriano. En Montilivi nadie esconde que el objetivo es el ascenso directo, pero la presión es máxima. Si no se suba esta temporada, hacerlo en la siguiente será mucho más complicado.

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La herencia de Eusebio

El adiós de Unzué está estrechamente ligado al de Eusebio Sacristán. La temporada pasada, el club apostó por el técnico vallisoletano, una figura con un estilo de juego radicalmente opuesto al de Pablo Machín. Eusebio llegaba para transformar al Girona de los tres centrales y carrileros en un equipo de toque y posesión, siguiendo la escuela que su amigo y excompañero Pep Guardiola estaba instaurando en el Manchester City.

La última palabra con respecto a su contratación, como siempre, la tuvo Quique Cárcel, pero lo cierto es que el nombre de Eusebio era una propuesta del City Football Group, la sociedad qatarí que ostenta las acciones del Girona. Machín era una figura incuestionable en Montilivi, pero su estilo defensivo y basado en un juego vertical no se ajustaba a las prioridades de Pere Guardiola -hermano de Pep-, Ferran Soriano y Txiki Beguiristain, las tres figuras que vinculan el club catalán y el Manchester City.

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Buena prueba de este hecho es que hombres como Aleix Garcia o Douglas Luiz, cedidos por la entidad inglesa al Girona en su primera temporada en Primera, prácticamente no contaron con minutos bajo las órdenes de Machín. Con Eusebio, en cambio, los dos se convirtieron en piezas importantes del centro del campo gerundense.

Las cosas con Eusebio, sin embargo, se acabaron torciendo. Aunque el vallisoletano firmó uno interesante primero tramo de Liga, en la segunda vuelta su equipo empezó a encadenar derrotas y pagó una pésima racha en Montilivi. Cárcel confió en el ex de la Real hasta el último día y lo acabó pagando con un descenso. Ahora, el director deportivo no ha querido cometer el mismo error y ha destituido a un Unzué que probablemente todavía confiaba en reconducir el rumbo del equipo. El navarro, en cierta manera, ha pagado la paciencia que el club -pero no el público de Montilivi- tuvo con Eusebio.

¿Y ahora qué?

El sustituto de Unzué este domingo será Juan Carlos Moreno, quien hasta ahora era miembro del cuerpo técnico del conjunto gerundense. Moreno fue el segundo de Machín en el Numancia y cuenta con la confianza de Cárcel, pero hoy por hoy todo hace indicar que el barcelonés sólo dirigirá el Girona en la próxima jornada de liga contra el Alcorcón. Un gran resultado contra los madrileños podría darle la oportunidad de quedarse el cargo, pero la realidad es que, hoy por hoy, en Montilivi buscan entrenador.

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La pregunta que todo el mundo se hace en las oficinas del feudo rojiblanco, a estas alturas, es qué perfil debe tener el nuevo técnico del equipo. Las apuestas con sello Guardiola como Eusebio o Unzué han fracasado, pero eso no impide que ya hayan entrado en escena nombres como Òscar García Junyent o Domènec Torrent, dos figuras estrechamente vinculadas al técnico de Santpedor y al cruyffismo.

La opción opuesta implicaría apostar por un técnico del estilo Machín: experiencia en Segunda, pocos complejos con respecto a la salida de pelota y pragmatismo. En este contexto, nombres como Francisco Rodríguez, con pasado en el Almería o el Huesca, o Juan Ramón López Muñiz, responsable del ascenso del Levante, podrían encajar.

Sea como sea, y tal como explicó RAC1 este lunes, la intención de la secretaría técnica gerundense no es gastarse una gran parte del presupuesto de esta temporada en la ficha del técnico. El club quiere reservar fondos para el mercado de invierno, en el cual se podría reforzar con más futbolistas con el fin de alcanzar el objetivo del ascenso.