El Girona cada jornada que pasa tiene más licencias para soñar. En el primer derbi catalán de la temporada, los hombres de Míchel han sumado un histórico triunfo contra el Barça (2-4) que, aprovechando el traspié del Real Madrid en el campo del Betis, los ha catapultado, de nuevo, hacia el liderazgo en solitario. Los goles de Dovbyk, Miguel Gutiérrez, Valery y Stuani han neutralizado los goles de Lewandowski iy Gündogan, desanimando un conjunto blaugrana que vuelve a dejar dudas en todos los aspectos.
El Girona reina en un intercambio de golpes constante
Desde la primera jugada del partido han quedado claras las intenciones de ambos equipos: tanto el Barça como el Girona no querían renunciar a sus estilos y tenían la intención llevarse los tres puntos imponiéndose a través de su amor por la pelota. Un escenario que ha generado un espectáculo futbolístico perpetuado en las dos porterías. Porque con un ritmo frenético, los dos equipos han ido acumulando ocasiones de peso.
Sin embargo, el primero a ver portería ha sido el Girona. Cuando nada más se habían cumplido 10 minutos, los hombres de Míchel han encontrado el escenario idílico para hacer daño: la defensa rival desdibujada, lejos de su portería, y Tsygankov corriente en el espacio. El ucraniano le ha ganado la espalda a un errático Christensen y ha dejado en boca de gol su compatriota Dovybk, que con un chute preciso ha inaugurado el marcador.
A pesar de este primer golpe, el Barça no se ha rendido. Los blaugrana sabían que el partido sería más largo y han sido pacientes para volcar, de forma momentánea, la ofensiva hacia la portería rival. Y solo cinco minutos más tarde de la diana gerundense, Robert Lewandowski se ha encargado de transformar este dominio en gol a la salida de un córner ejecutado por Raphinha. La cabeza del polaco se ha elevado en medio del área visitante y ha igualado el duelo con un gran cabezazo.
Con el empate de nuevo reflejado en el electrónico, el ritmo ha bajado de forma consecuente. Ahora bien, eso no ha intimidado a los hombres de Míchel, que querían volver a enloquecer el duelo. Y haciéndose fuertes a través de la banda izquierda, con el talento de Savinho y Miguel Gutiérrez, se han marchado al descanso por delante en el marcador gracias a un gol dibujado por el defensor madrileño, que ya había tenido una ocasión desde dentro del área unos instantes antes.
Reacción insuficiente blaugrana
Después del paso por los vestuarios, el Barça ha decidido poner toda la carne en el asador con el fin de igualar el duelo. Los jugadores culés han notado el calor de las gargantas de la afición barcelonesa y han sumado dos rápidas ocasiones, ejecutadas por Frenkie de Jong i Raphinha, que no encontrado el gol por poco. A medida que avanzaba la segunda mitad, el conjunto de Xavi Hernández sumaba más oportunidades, pero el acierto no llegaba lo pruebas quien lo pruebas. Y para virar esta dinámica, el técnico egarense ha probado una retahíla de cambios que han dejado espacio a Lamine Yamal, Ferran Torres y Alejandro Balde, que han entrado al lugar de Christensen, Raphinha y Joao Félix.
Los dos extremos le han dado un nuevo aire al equipo, que encontraba más espacios a espaldas de una defensa gerundense que resistía cerca del aliento de Gazzaniga. Pero a pesar de estos minutos de sufrimiento, los visitantes seguían teniendo la fuerza necesaria para sumar largas posesiones de vez en cuando. Estas hacían mucho daño al Barça, que se iba quedando sin gasolina de forma gradual, hasta el punto que cuando faltaban 10 minutos para el final de los 90 reglamentarios, Valery ha aprovechado un error de Kounde en una pelota larga para dibujar el tercero. Finalmente, al tiempo de descuento, Gündogan ha recortado distancias con una diana dentro del área que ha sido insuficiente para sumar ningún punto. De hecho, cuando más se lo creía el Barça, Stuani ha cazado una pelota al contragolpe que ha matado el partido por completo.