Hace menos de 20 años, el Girona militaba en la Tercera División. Alternaba ascensos a la Segunda B con descensos, mientras que la situación económica de la entidad era cada vez peor, un mal que perseguía a muchísimos clubes de la época, que al estar fuera del profesionalismo no podían hacer frente a los enormes gastos que suponía militar en una categoría, la Segunda B, de la que era muy difícil salir. Todo cambió la temporada 2006/07, con el enésimo retorno del Girona a la categoría de bronce. Josep Gusó, el presidente de la entidad, decidió jugárselo y llevar a cabo una fuerte inversión para lograr, de una vez por todas, el salto a la Segunda A. Jugadores como Jordi Xumetra, Miki Albert, Jordi Matamala, Albert Dorca, Albert Serra o Miguel Ramos lideraron un equipo que logró disputar la ansiada fase de ascenso.
Toda la temporada, y para muchos el futuro de la entidad, se decidió contra el Ceuta. Si el equipo ganaba, ascendía a la Segunda División, entraba en el fútbol profesional, lo que suponía un aumento de ingresos considerable. Si perdía, seguiría en la Segunda B, aunque el proyecto tendría que sufrir un enorme recorte económico, por lo que el futuro sería más que incierto. Es por ello que en Girona siempre se ha equiparado el histórico gol de Migue, el que dio el ascenso, al de Koeman en Wembley, por la importancia histórica que acabaría teniendo.
De la pesadilla de los play-offs a Primera
El Girona aterrizó a la Segunda División con el objetivo de quedarse, de asentarse en la plata, aunque en aquellos momentos sin aspiraciones de subir a Primera. En las 4 siguientes temporadas, el equipo de Montilivi logró la permanencia, hasta que empezó a soñar con dar un paso más en la temporada 2012/13, con Rubi en el banquillo. El equipo quedó cuarto y llegó a la final del play-off de ascenso, en la que perdió contra el Almería. Empezaba aquí un seguido de intentos de ascenso que siempre terminaban igual, en momentos trágicos que dejaban al equipo en Segunda División.
Todo cambió la temporada 2016/17, con Pablo Machín en el banquillo, en la que el Girona evitó los play-offs fatídicos logrando el ascenso directo, un equipo ya con caras muy reconocibles, como Bono, Juanpe, Pablo Maffeo, Alex Granell, Portu, Rubén Alcaraz o Cristian Herrera.
El City Group y la histórica clasificación para la Champions
Como sucedió en el 2007, una vez llegados a la Primera División, el objetivo no era otro que el de asentarse en la Liga, para lo que fue clave la compra del club por parte del City Group. Con Ferran Soriano y Pere Guardiola a los mandos, Delfi Geli en la presidencia y Quique Cárcel en la secretaria técnica, el Girona fue trabajando sin descanso y en su primera temporada en la élite logró una espectacular 10ª posición. Luego llegaría el descenso y otros 3 años en el infierno, para volver a la Primera División en el 2022.
Como en su primer año de retorno, el equipo cerró el curso 2022/23 en la 10ª posición. A diferencia de la primera vez, en su siguiente temporada el Girona no solo se salvó, sino que firmó una de las leyendas más impresionantes del fútbol moderno, luchando por la Liga hasta el final y cerrando la temporada con una clasificación para la Champions League. Menos de 20 años después, el Girona vive el mejor momento de su historia, ha pasado de estar a las puertas de la desaparición a ser un club saneado que este miércoles disputará su primer partido de la Champions League en su estadio, Montilivi, el mismo que vio el gol de Migue.