El Las Palmas-Barça de este pasado sábado fue el segundo partido del conjunto culé sin el calor de la Grada d'Animació después de que el club prohibiera su entrada el pasado 26 de noviembre. La entidad catalana solicitó a los grupos que conforman el espacio — Almogávares, Front 532, Nostra Ensenya y Supporters Barça — el pago de los 21.000 € que se corresponden a la multa que recibió el Barça por los insultos proferidos durante la pasada temporada por parte de esta grada.
El colectivo, al negarse a pagar, vio cómo el club presidido por Joan Laporta cumplía con su palabra y cerraba la Grada d'Animació 'sine die'. El partido de Champions contra el Brest fue el primero en el que la primera grada del gol norte quedaba vacía, dejando claro el Barça que aquellas localidades no se pondrían en venta. No obstante, contra Las Palmas, el Barça permitió su ocupación por espectadores, aunque ninguno de los que ocuparon estos asientos entró por las puertas de acceso de los grupos, que permanecieron cerradas.
La Grada d'Animació y su duro comunicado: "El cierre de nuestro espacio es un paso más hacia la muerte social del club"
Este pasado domingo, un día después de la derrota en casa contra Las Palmas (1-2), la Grada d'Animació emitió un comunicado en el que cargó contra la gestión del club, asegurando que "esto no va de sanciones económicas que no queramos pagar, hay mucho más trasfondo". El texto denuncia que, "poco a poco, el socio está perdiendo el peso que siempre ha tenido históricamente, el que le corresponde."
Además, la Grada de Animación asegura que, aunque ha tratado de llegar a acuerdos con el club, ha habido "propuestas rechazadas sin ninguna argumentación". En este sentido, también carga contra "las reventas de siempre todavía permitidas" y culpan al club de "desnaturalizar las gradas de ambiente de fútbol llenando el estadio de turistas, haciendo la ola con empates a cero, kiss cams, speaker de broma, precios indecentes, fomentando la ausencia de rivalidades y cambiando los colores históricos del club por puro marketing".
El texto, en este caso de Almogàvers, añade que existen "infinitas razones que dejan ver las intenciones de esta junta directiva, priorizando un modelo de negocio donde sale muy perjudicada la masa social más cercana y fiel al club". Finalmente, el comunicado cierra con una de las acusaciones más sensibles en la que se asegura de que "están vendiendo el club económica y socialmente. El cierre de nuestra zona, de la voz del Estadi, es un paso más en la muerte social del club. O reaccionamos o acabarán por destruir lo más importante que tenemos. Con la dignidad del club no se juega. Con la historia del club tampoco. Con el valor del escudo y los sentimientos de los socios y los aficionados, mucho menos".