La etapa de Antoine Griezmann al Barça se ha acabado. En las puertas de un Mundial, los blaugrana y el Atlético de Madrid han querido resolver un conflicto que se había ido incrementando durante este inicio de liga. 20 millones. Este es el precio del acuerdo con el cual han llegado las tres partes para romper la cesión del delantero francés para que siga vistiendo la camiseta roja-y-blanca, definitivamente. Aunque no formara parte del día a día de los culés, Griezmann todavía era jugador del Barça, pero indirectamente.
Con el objetivo de liberar masa salarial el Barça cedió al delantero francés al Atlético una temporada, la 2021/22, con opción a una segunda, la reciente 2022/23. Pero Griezmann seguía siendo un quebradero de cabeza para la secretaría culé. Al finalizar la cesión, si el principito había jugado más del 50% en los partidos que estaba disponible los colchoneros tenían que abonar una cantidad cerca de los 40 millones de euros, pero Enrique Cerezo y compañía hacían malabares para evitar este hecho.
Un hueso duro de roer
"Soy hombre de club y lo seré siempre", dijo el cholo Simeone cuándo le preguntaron porque Griezmann sólo jugaba la última media hora de los partidos en el inicio de este curso. Y es que los colchoneros querían hacer lo posible para evitar pagar los 40 millones a los blaugrana, insistiendo en que el principito no cumplió nunca este porcentaje de partidos jugados.
Con este acuerdo, que está previsto que se haga oficial próximamente, el Cholo respira tranquilo y ya podrá alinear en el once inicial a Griezmann, como había hecho en el duelo de Champions League ante el Brujas o el derbi contra el Real Madrid. Los culés no querían perdonar ni un céntimo y estaban dispuestos a llegar en el fondo de la cuestión, pero finalmente se han sentado para poner fin a una historia de amor-odio entre Griezmann y los dos clubs, que empezó con el documental de La decisión en junio del 2018.
Griezmann, una de las peores inversiones
Antoine Griezmann llegó al Barça en el 2019, como el tercer fichaje más caro de la historia del club, por 120 millones de euros. Si bien los números a nivel goleador no fueron malos, 35 goles en dos temporadas, el francés fue muy discutido por su rendimiento y encaje en un equipo que arrastraba deshechas en Europa y que estuvo dos años sin ganar la liga.
Pero Griezmann no sólo fue un quebradero de cabeza para los entrenadores, sino también en los despachos. Su ficha era altísima, y ante los problemas económicos del Barça, Joan Laporta decidió que se le tenía que buscar una salida, que llegó en el tiempo de descuento del cierre del mercado de fichajes de la temporada 2021/22. La cesión era de dos años al Atlético con una opción de compra, que finalmente no se hará efectiva, ya que la firma del nuevo contrato del principito con los colchoneros será de 20 millones. Junto con Philippe Coutinho, la peor inversión de la historia del club.