Con Messi, Dembélé y Pedri fijos en los planes de Koeman para dirigir el ataque del Barça, la única duda del técnico holandés en las últimas semanas ha sido si apostar por Griezmann o por Braithwaite. Por galones y por calidad, todos los caminos llevaban al francés, pero a la hora de la verdad, sobre el verde, Griezmann seguía sin responder, siendo una sombra del jugador que alumbró con la camiseta del Atlético de Madrid. Ello llevó a Koeman a dejarlo fuera del once en Valladolid, donde no jugó ni un minuto, y contra el Eibar, unas suplencias que parece que han empezado a dar sus réditos.
Griezmann recupera la pólvora...
Y es que tras la mejora notable mostrada por Griezmann en el partido del pasado miércoles contra el Athletic Club, en el que se vio a un jugador más cómodo y alegre, este sábado el principito ha dado un paso más adelante. Porque uno de los males que estaban acechando a Griezmann era su enemistad, casi inexplicable, con las redes rivales. El 7 blaugrana encadenaba 8 partidos sin marcar. Y ya se sabe que los delanteros, por mucho que aporten al juego, necesitan el gol como el comer. Y en San Mamés, pese a su buena actuación y a la asistencia que le dio a Messi, a Griezmann le faltó la guinda, y más después de fallar otra gran ocasión ante la portería rival.
Es por ello que sobre el césped del Nuevo Los Cármenes de Granada se ha quedado un enorme peso de Griezmann, que a los 12 minutos de juego se ha sacado la espina en una acción de delantero nato. El francés merodeaba la jugada de ataque del Barça cuando, sin que nadie lo esperara, le ha caído a los pies un mal rechazo de Soldado. Y Griezmann, con el instinto que caracteriza a los delanteros, ha cazado el balón y lo ha enviado al fondo de las redes con su disparo seco y raso.
Como si le acabaran de insuflar una enorme dosis de oxígeno, el gol ha desencallado a Griezmann, que a partir de ese momento ha parecido otro, cayendo a bandas, pidiendo el balón, tirando desmarques, combinando con los compañeros... Y fruto de esa nueva alegría en su juego ha llegado el 0-2, obra de Messi, tras una buena asistencia de Griezmann, que como ya pasó en Bilbao ha celebrado con efusividad el gol del 10 blaugrana.
...y redondea la goleada con una gran acción
Y la gran actuación de Griezmann ha seguido tras el descanso, pues el delantero francés ha seguido a un gran nivel, buscando pases entre líneas y la portería del Granada. Finalmente, le ha bastado un balón picado de Dembélé al interior del área para inventarse un control orientado y un disparo cruzado al fondo de la portería. Griezmann, ahora sí, se ha atrevido con una de sus estrafalarias celebraciones. Se acababa de desmelenar por completo. “No me entraban y ahora parece que va bien. Espero seguir así”, ha afirmado el jugador tras el partido.
Si a las mejoras más que notables de Messi, Pedri, Dembélé y De Jong ahora se añade Griezmann, quizá sí que el Barça de Koeman puede aspirar a hacer grandes cosas en este 2021.