Son muchos los jugadores que han pasado por dos equipos de la misma competición y Barça y Atlético de Madrid lo saben bien, dos clubes que comparten una larga lista de jugadores. Como es el caso de Antoine Griezmann, el mediapunta que jugó en el equipo madrileño y en el catalán. Este sábado a las 21 horas se verá las caras ante su ex equipo, que aunque poco duró en el FC Barcelona, sigue entrando en su historia.
El jugador tiene un largo recorrido en el equipo de la capital, mientras que en el equipo catalán tan solo llegó a estar dos temporadas en las cuales no se llegó a adaptar. Los números hablan por sí solos y si desde luego algo se puede ver es la diferencia abismal entre estos dos Griezmann.
El inicio de una estrella
Antoine Griezmann, proveniente de la Real Sociedad, ya apuntaba nivel en este club y es ahí cuando apareció el Atlético de Madrid en la temporada de la 2014/2015 y fichó al centrocampista para su equipo. Desde ese momento, el jugador francés no paraba de destacar en el equipo, y no era algo fácil y es que en aquel momento nombres como el de Fernando Torres eran los más sonados.
El Principito, así es como le llamaban por su larga melena rubia, tenía magia en los pies, consiguió hacer 25 goles en su primera temporada con la camiseta blanquirroja. El francés conseguía llamar la atención de aquel Vicente Calderón, que se llenaba con el paso del tiempo de camisetas con su nombre.
Un cohete que solo comenzaba a arrancar
Aquellos fueron los inicios de un francés que se robó el corazón de casi una Liga española entera, y es que no se puede negar el gran talento y desparpajo que tenía en el campo en sus primeros años como colchonero.
Un jugador que en 2018 llegó a su momento más top, llegándole una convocatoria al Mundial de 2018, que le cambiaría la vida, abriéndole nuevas puertas y otorgándole un reconocimiento mundial. Ese año podría titularse como "el año de Griezmann", un mundial llegó a su vitrina y con él los diferentes galardones que reconocieron el gran trabajo que había estado haciendo hasta el momento. Pese a vivir momentos difíciles con el club, como la derrota en las dos finales de Champions, el Principito ha sabido mantener esas ideas lejos y junto al Cholo Simeone consiguieron posicionar al equipo en lo más alto.
Un meteorito desintegrándose
Pero como suele suceder, las estrellas se van apagando y es que en este caso no volvió a ser el mismo después del Mundial. Llegó a pedir salir del club que tantos momentos le había dado y es que varios equipos estaban dispuestos a pagar la cláusula millonaria en la que se encontraba atrapado el jugador, y ahí entraba el FC Barcelona, convirtiendo al jugador en el tercer fichaje más caro del club.
No todo pudo salir bien para el equipo catalán, una de las estrellas del momento iba a ir a jugar a su equipo con el mejor de LaLiga, Lionel Messi, pero algo no acabó de cuajar y es que los números de Griezmann empezaron a bajar como la espuma. Puede que el jugador no se sintiera cómodo en esta nueva ciudad o que la forma diferente de jugar del Barça respecto a la del Atlético no fuera con él, pero lo que sí se puede asegurar es que el fichaje no fue un acierto para el equipo blaugrana.
Para Griezmann esta decisión no fue un error del todo, con el equipo consiguió coronarse como campeón de la Copa del Rey, aunque si cerraba los ojos podía ver como su ex equipo celebraba desde la capital ser ganadores de LaLiga. En sus tres temporadas tan solo llegó a marcar 43 goles, donde 8 de estos fueron en la última, situación que llevó al club a poner al jugador en el mercado de cesiones. Aunque él mismo en una entrevista para Telefoot, medio francés, declaraba en 2021: "Mi paso por el Barça no fue un desastre". El Barça habrá aprendido de esta perdida económica que sufrió que a veces las cosas que más relucen en otros lados no tienen por qué hacerlo allí.
Polvo de estrella que empieza a brillar
Verano de 2021 y Griezmann vuelve en calidad de cedido al equipo del que se marchó. Poco cariño le quedaba de la afición, los abucheos y pitidos eran constantes, no solo esto, sino que su propio entrenador decidió dejarlo en el banquillo, no se sabe si como reprimenda, o como forma para no pagar la cláusula al Barça por los partidos a disputar.
Una placa manchada en el suelo del metropolitano, pero que con el tiempo va brillando. Poco tiempo le ha costado al francés volver a ganarse el corazón de una afición a la que, como dice Alejandro Sanz, dejó con el "Corazón Partío". Y es que ha recuperado la esencia, aquellos rasgos de calidad que recuerdan al Griezmann de hace 10 años. En la temporada pasada consiguió superar al gran Luis Aragon, leyenda colchonera, y jugador que hasta a aquel momento era el máximo goleador del equipo, pero llegó el Principito a robarle este gran reconocimiento.
Griezmann ha vuelto a su nivel igual que la magia a sus pies y eso es algo que desde fuera se puede apreciar. Si algo se puede decir es que el futuro en LaLiga EA Sports del jugador es temporal, ya hay muchos rumores sobre que esta podría ser su última temporada vestido con estos colores. Este sábado, pues, podría ser su último partido en el campo de su exequipo, aquel en el que no logró triunfar.