Antoine Griezmann seguirá en el Atlético de Madrid. El delantero francés, que tenía en mente marcharse este verano para poner rumbo a la MLS, ha dado un inesperado giro de guion y ha decidido continuar, no solo una temporada más, sino probablemente hasta 2027, si ambas partes lo consideran oportuno.
Una renovación que, sin embargo, no ha sido recibida con entusiasmo unánime. Aunque el club la ha vendido como una operación estratégica para asegurar continuidad, liderazgo y experiencia en la plantilla, una parte importante de la afición no entiende la decisión, especialmente teniendo en cuenta el bajo nivel que Griezmann ha mostrado durante esta campaña. Lejos del jugador determinante de temporadas anteriores, el francés ha perdido chispa, ha bajado su media goleadora y su impacto en los partidos ha sido mucho más discreto.
Un freno a los nuevos fichajes
El mayor problema no es solo su rendimiento actual, sino el efecto dominó que su continuidad puede generar en el mercado. El Atlético lleva tiempo explorando opciones para reforzar el ataque de cara a la próxima temporada y uno de los nombres que más ilusionaban era el del delantero sueco Viktor Gyökeres, uno de los arietes más en forma de Europa. Sin embargo, el fichaje del goleador del Sporting de Portugal se complica enormemente con la renovación de Griezmann, ya que su ficha sigue siendo de las más altas de la plantilla pese a la rebaja que aceptará.

El club no puede asumir muchas nóminas altas a la vez, y si Griezmann sigue, no hay margen para lanzarse a por un delantero top sin antes hacer caja con otras ventas importantes. Eso deja en pausa las negociaciones con Gyökeres y obliga al Atlético a priorizar otros puestos, como la defensa, donde el objetivo número uno es Cristian “Cuti” Romero, central del Tottenham.
Simeone, el gran impulsor
El principal artífice de la continuidad de Griezmann no es otro que Diego Simeone. El técnico argentino ha insistido en mantener al francés a su lado, no solo por lo que puede aportar en el campo, sino por su liderazgo en el vestuario. “Es una de nuestras almas”, habría asegurado el Cholo en las reuniones con la directiva, pidiendo un esfuerzo para retenerle. Griezmann, por su parte, también ha valorado el aspecto emocional: se siente en casa, valorado y con un rol claro dentro del grupo.
No obstante, esa apuesta sentimental choca con la necesidad deportiva de renovar el frente ofensivo. Desde hace meses, la dirección deportiva barajaba escenarios en los que Griezmann y Correa pudieran salir, lo que habría abierto la puerta a fichajes de mayor impacto o al menos con más proyección a medio plazo.

El debate está servido
Ahora, con Griezmann renovado y aparentemente blindado, el Atlético se enfrenta a un dilema: ¿cómo rejuvenecer la plantilla y pelear con los grandes si se siguen ocupando fichas clave con jugadores en declive? ¿Vale más la lealtad que la renovación? Muchos aficionados empiezan a preguntarse si se está premiando más la historia que el presente.
En cualquier caso, lo que ya es seguro es que habrá 'Grizi' para rato. Su decisión ha tumbado la operación Gyökeres —al menos de momento— y obliga al club a replantear sus prioridades. El verano será largo y con muchos movimientos por hacer, pero una cosa ha quedado clara: Griezmann seguirá siendo uno de los rostros del Atlético de Madrid… guste o no.