Uno de los mayores puntos de fricción entre Xavi Hernández y Deco esta temporada ha sido el fichaje de Vitor Roque en el mercado de invierno. Después de ver como la dirección deportiva le negaba las llegadas de peticiones como Martín Zubimendi, Joshua Kimmich o Bernardo Silva por la delicada situación económica del Barça, Xavi vio como el club no dudaba en poner encima de la mesa 30 millones de euros fijos más 31 en variables para fichar a Vitor Roque, delantero del Athletico Paranaense, teóricamente una de las grandes perlas del fútbol brasileño.
A la hora de la verdad, sin embargo, a Xavi no le ha encajado el fichaje, que se ha convertido en suplente habitual de Robert Lewandowski, e inédito en los grandes partidos de la segunda parte de la temporada. Vitor Roque, sin ir más lejos, no ha jugado ni un minuto en la Champions League y en la Supercopa de España, y el domingo no saltó al césped del Santiago Bernabéu, a pesar de que el Barça necesitaba ganar para seguir aspirando a ganar la Liga. Entre el campeonato de la regularidad y la Copa del Rey, Vitor Roque solo ha acumulado 310 minutos y solo ha sido titular en 2 ocasiones, números muy pobres para un jugador que llegaba, teóricamente, para ser importante.
Vitor Roque quiere salir cedido
La gran esperanza de Vitor Roque era ver qué intenciones tenía el próximo entrenador del Barça, después de que Xavi Hernández anunciara en enero que iba a salir del club en verano. La noticia de la más que probable continuidad de Xavi ha sido un jarro de agua fría para el delantero, que no piensa quedarse en el Barça la temporada que viene, ya que considera que necesita acumular minutos para adaptarse al fútbol europeo, un objetivo que no cumplirá si se queda en el Barça.
Vitor Roque está muy decepcionado con Xavi Hernández, que no le ha dado oportunidades. El brasileño cree que está pagando los platos rotos, que no juega porque Xavi le puso la cruz desde el primer día, por ser un fichaje de Deco, una apuesta de club, por lo que lo ideal es que el Barça le permita salir cedido, para demostrar su calidad.
Los 60 millones de la discordia
Y es que Xavi Hernández insistió en fichar a Martín Zubimendi, con una cláusula de rescisión de 60 millones de euros. El entrenador estaba preocupado con la salida de Sergio Busquets y consideraba que necesitaba un pivote defensivo de primer nivel. El club acabó apostando por Oriol Romeu, que desde un primer momento demostró no llegar al nivel que exige el fútbol del Barça.
Xavi, consciente de los problemas económicos del Barça, aceptó no fichar a nadie más, tener que renunciar a nombres como Kimmich o Zubimendi. Es por ello que no entendió que el Barça pusiera encima de la mesa 60 millones de euros para fichar a Vitor Roque, un dinero que se podría haber invertido en incorporar a un pivote.