Los derbis de Manchester siempre son partidos dignos de ver, especialmente si son en Old Trafford. A pesar de los años irregulares que han sufrido en el Manchester United, en contraste a la época de bonanza que están viviendo los citizens, la magia de estos duelos siempre encuentra formas de sorprendernos. La pasada temporada parecía que los dos equipos se habían vuelto a igualar, puesto que llegaron a enfrentarse en la final de la FA Cup, pero los red devils siempre acaban autosaboteándose.

Manchester City y United llegaban a la jornada 10 con una nueva brecha de puntos entre ambos. Los de Pep Guardiola llegaban como terceros, por detrás de un Arsenal y un Tottenham que siguen invictos, mientras que los locales se encontraban octavos, a seis puntos de su máximo rival, gracias a dos victorias agónicas contra Brentford y Sheffield United que les servían para arreglar su pésimo inicio de temporada. 

Phil Foden y Amrabat ejemplifican la tensión que se vive en los derbis / Foto: Europa Press

La pena máxima desatasca el partido

Como era de esperar, los campeones de la Premier League se presentaron en Old Trafford con la intención de tener el balón. Los de Erik ten Hag, por su parte, no les quedaba más remedio que intentar sobrevivir al poderío ofensivo de su rival e intentar pillarles desprevenidos en defensa. Erling Haaland estuvo cerca de abrir la lata aprovechando un balón que había quedado muerto sobre la línea. Pero el noruego tuvo que esperar a que el árbitro, Paul Tierney, pitase penalti tras revisar en el VAR un innecesario agarrón de Rasmus Holjund a Rodri Hernández para poner el 0-1.

Haaland conseguía así su décimo gol en la Premier League. La estrella noruega sigue manteniendo un gran ritmo goleador. Aunque esta temporada no ha encontrado aún su mejor punto de forma, ya que su equipo ha echado de menos su aparición en algunos de los partidos más complicados de la temporada. Ni en la Community Shield contra el Arsenal ni en las dos únicas derrotas que ha sufrido el City en Premier, también contra los gunners y contra los Wolves, el noruego fue capaz de marcar. En Champions League, las portadas las había ocupado su compañero en la delantera, Julián Álvarez. El argentino está contando con más minutos desde el once inicial, y ya ha sumado 7 goles en todas las competiciones. 

Pero el ex del Dortmund se caracteriza por su capacidad para marcar cuando menos lo esperas. Estuvo cerca de hacerlo antes del descanso, cuando el United parecía que podía igualar el partido. Los de ten Hag, animados por su público, rozaron el gol con un tiro de Scott McTominay que tuvo que sacar a córner Ederson en una muy buena muestra de reflejos. En la última jugada de la primera parte, Phil Foden centró un balón que Haaland cabeceó a bocajarro. Pero su remate lo sacó Onana en una acción de mucha fe, manteniendo así la desventaja de un solo gol para su equipo. 

La estirada con la que Onana evitó el segundo gol de Haaland / Foto: Europa Press

Haaland no perdona dos veces

Ten Hag cambió a Amrabat, que había visto amarilla a la vez que Foden por una disputa entre ambos, por Mason Mount a la vuelta de los vestuarios. Pero el técnico neerlandés no tuvo tiempo de probar su experimento, ya que Bernardo Silva le puso un nuevo centro a Haaland para que, esta vez, lograra su doblete de cabeza. La jugada había sido prácticamente idéntica a la que había salvado Onana en el primer tiempo, pero esta vez el resultado fue favorable a los visitantes.

Sin necesidad de un gran despliegue, el City había conseguido dejar prácticamente sentenciado el partido. Un nuevo ejemplo de que Guardiola no ha acusado la baja de Ilkay Gündogan, uno de sus pilares en el centro del campo la pasada temporada, ni la salida a Arabia Saudí de Riyad Mahrez Aymeric Laporte. Y a pesar de invertir más de 200 millones de euros entre los fichajes de Josko GvardiolMatheus NunesJérémy Doku o Mateo Kovacic, el once presentado en el derbi estaba conformado casi totalmente por aquellos jugadores que dieron al City su primera Champions League de la historia. Solo Gvardiol, en el lateral izquierdo, era un recién llegado.

Otra baja, en este caso imprevista, con la que ha tenido que lidiar el técnico catalán es la de Kevin de Bruyne, que no juega desde el mes de agosto. El belga tuvo que retirarse en el primer partido de liga, en casa del Burnley, tras sentir unas molestias en la zona del tendón de la corva. El propio Guardiola confirmó que su lesión sería para varios meses en la rueda de prensa previa a la Supercopa de Europa contra el Sevilla, que los sky blues acabarían ganando en la tanda de penaltis. El protagonista de aquella noche fue Cole Palmer, quien empató el partido, igual que adelantó a los suyos en la Community Shield. El inglés parecía que podía ser el nuevo Foden, pero finalmente se marchó al Chelsea por 47 millones de euros.

Pep Guardiola, el gran autor de este equipo / Foto: EFE

Foden cierra la goleada

Precisamente, fue el canterano de Stockport el encargado de redondear el resultado, aprovechando un pase de la muerte de Haaland. El noruego, lejos de obcecarse con conseguir el hat-trick cuando tenía opción de remate, prefirió asegurar dando la asistencia al inglés para lograr el tanto con el que algunos aficionados locales se marcharían del estadio.

El City sumaba así la octava victoria en liga que le mantenía tercero. Los de Guardiola se preparan para un próximo mes en el que se enfrentará a tres miembros del Big-Six de forma consecutiva, visitando a un Chelsea que aunque esté en horas bajas siempre puede pelear, y recibiendo en el Etihad Stadium a un Liverpool y un Tottenham que se apuntan a la lucha por la Premier. Los citizens tendrán la oportunidad de demostrar su poderío futbolístico ante los encargados de romper el dominio absoluto que han mostrado en liga en los últimos años. 

Con la suma de nuevos complementos que suman profundidad de plantilla, el City le planteará a sus rivales una carrera de fondo muy dura por la liga. Al mismo tiempo, se posicionan como los máximos favoritos a repetir el título de campeón en la Copa de Europa. Con más recursos y alternativas que nunca, y con una base que ya tiene experiencia en instantes clave, Guardiola se enfrenta a otro año en el que será el rival a batir en todas las competiciones.