2-9 y de su misma medicina. Hansi Flick le tiene tomada la medida a Carlo Ancelotti. Su Barça le hizo un traje a medida al Santiago Bernabéu (0-4) y el técnico italiano se ha vuelto a marchar con fondo de armario del segundo Clásico de la temporada. La Supercopa de España es blaugrana tras un partido trepidante en el que una primera mitad monopolizada por el combinado culé ha sido suficiente para sellar una victoria incontestable.

1-4 reflejaba el electrónico en el ecuador del partido, y, ciertamente, si Wojciech Szczęsny no llega a ser expulsado en el 56', las sensaciones advertían que la avería que se le venía al conjunto blanco hubiera sido mucho peor. Finalmente, el Real Madrid, a pesar de gestionar fatal la superioridad numérica, ha podido salvar los muebles de lo que apuntaba a guion de película de miedo para el madridismo.

Futbolistas del Barça, celebrando el gol de Lewandowski / Foto: EFE

El juego directo, la carta que cambia el rumbo de la partida para Flick

La velada empezaba con dominio a nivel de juego y de ocasiones culés, pero era Kylian Mbappé quien golpeaba primero para el Real Madrid (6'). El francés ha sido el único futbolista vestido de blanco sobre el césped que ha estado reconocible, y aunque su partido ha sido realmente notable, nada ha podido hacer por su propia cuenta. Vinícius, Bellingham y el resto de fantásticos han sido desaparecidos, y si no hubiera sido por la escoba de Fede Valverde y los tentáculos de Courtois, el marcador final habría resultado una paliza.

En el Bernabéu, Robert Lewandowski no encontró oposición para hacer los dos primeros y Lamine Yamal y Raphinha redondearon la goleada a la contra. Este domingo, la carta del juego directo ha vuelto a cambiar el rumbo de la partida a favor de Flick. Primeramente, gracias a una maravillosa diagonal de la perla culé que no hace falta comparar para saber a quién recuerda. 17 minutos más tarde, tras el 1-2 de penalti de Lewandowski, Raphinha correspondía un pase largo maravilloso de Jules Kounde con un todavía mejor giro de cuello para superar a Courtois. Y en el 45+10', cuando el primer tiempo agonizaba, el brasileño sentaba a Fede Valverde para regalarle el cuarto a Alejandro Balde.

Alejandro Balde y Lamine Yamal, celebrando el cuarto del Barça en la Supercopa de España / Foto: EFE

En la reanudación, Ancelotti se negaba a dar un paso atrás, pero su equipo requería un hombre más en el centro del campo para evitar la derrota. Entraba un perfil más asociativo como Ceballos por un señalado Camavinga, pero es que, ya en el 48', Raphinha volvía a golpear, de nuevo al contragolpe, para verter un nuevo jarro de agua fría sobre el Real Madrid. La expulsión de Szczęsny en el 56' parecía que podía reescribir el desenlace de la película, pero, en un contexto desfavorable y dando el paso adelante de sacrificar a Lamine para hacer entrar a Iñaki Peña, el equipo de Flick aprendía a jugar con el reloj en la mano y evitar que el 2-5 de Rodrygo (60') hiciera temblar las piernas.

El Barça de Hansi Flick vuelve a ser el Barça de Hansi Flick

Y con el primer título de la temporada ya en el bolsillo, lo importante de esta Supercopa reside en la manera como ha llegado. El atropello sobre el eterno rival tras la tragicomedia con final feliz del 'caso Olmo' vuelve a enchufar al Barça a sus tres primeros meses de temporada. El Barça de Hansi Flick vuelve a ser el Barça de Hansi Flick justo cuando regresa la Liga y, sobre todo, la Champions.