Ignacio Racionero, un ultra que estuvo detenido por la muerte del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta en 1988, ha sido arrestado esta madrugada como presunto autor del apuñalamiento de un aficionado del Atlético de Madrid en las proximidades del estadio Wanda Metropolitano.

El presunto agresor, que pertenece a una facción del Frente Atlético, ha sido detenido a las 03.10 horas de la madrugada por Agentes de la Brigada de Información de la Policía Nacional, han informado a Efe fuentes de la investigación.

El herido, de 22 años, que vestía una camiseta del Frente Atlético, fue apuñalado en las proximidades del bar Zapatones, un establecimiento donde suelen reunirse aficionados colchoneros, cerca de la estación de metro de Las Musas. El joven ha sido operado en el Hospital de La Paz y su vida no corre peligro.

Reincidente

Racionero es "muy peligroso, radical, inestable y no distingue entre el bien y el mal", según la descripción que hacen de él algunos de sus conocidos. El ultra del Atlético, de 40 años y conocido como "El Raciones" debido a su apellido, le habría asestado tres puñaladas en el muslo, brazo y espalda al seguidor que se encuentra en estos momentos ingresado. Llegó por detrás, actuó sin mediar palabra y escapó después, tirando supuestamente el arma en un parque cercano.

Su actuación, sin embargo, no ha sorprendido ni a la Policía ni a sus antiguos compañeros del Frente Atlético, grupo ultra del que fue un miembro relevante hasta que fue expulsado. Ahora pertenece a Suburbios Firm, una escisión del Frente. Ese grupo, al igual que Ultra Sur, es próximo a los neonazis de Hogar Social Madrid, con quienes comparte ideología.

Racionero llevaba tan solo cinco meses en libertad tras cumplir más de diez años de condena por diferentes delitos, entre ellos los robos con violencia y con arma blanca en diferentes establecimientos, sobre todo farmacias, según relatan a Efe fuentes policiales.

Previamente, en 1998, fue uno de los detenidos por el asesinato del seguidor de la Real Aitor Zabaleta, si bien quedó poco después en libertad por falta de pruebas. La Policía le consideraba el lugarteniente del autor material del asesinato, Ricardo Guerra.

En la cárcel su mal comportamiento y los problemas generados con otros presos privaron a Racionero, que estaba sometido a tratamiento médico, de disfrutar de los permisos penitenciarios habituales en estos supuestos y le llevaron a cumplir la condena íntegra.