El K-Pop, la música pop coreana, es un auténtico fenómeno de masas, tanto en el país asiático como en el resto del mundo. Los miembros de los grupos de moda son auténticas celebridades, ídolos a niveles insospechados. Y una de las grandes estrellas, desde hace más de una década, es el hongkonés Wang Ka-yee, conocido como Jackson Wang, cuya vida cambió por completo en el 2010. Jackson era una gran promesa de la esgrima y lo tenía todo de cara para participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Su padre, Wang Ruiji, había sido exentrenador del equipo nacional de esgrima de Hong Kong y campeón en los Juegos Asiáticos de 1978, mientras que su madre, Zhou Ping, fue medallista del Campeonato Mundial de Gimnasia.
Jackson disputó varias competencias juveniles, entre ellas, los Juegos Olímpicos de la Juventud de Singapur, donde quedó en el onceavo lugar. También ganó el primer lugar en los Asian Junior y los Cadet Fencing Championship. “Desde muy pequeño, siempre había amado la música y hacer presentaciones. Fui captado por un reclutador coreano cuando tenía 14 años, pero debido a mi corta edad y a las objeciones de mis padres, eso no acabó en buenos términos", recordó en una entrevista Wang, que no tenía previsto seguir el camino que le habían prefijado sus padres.
Un oro a cambio de ser cantante
A pesar de su crecimiento exponencial en el mundo de la esgrima, Jackson siguió con su sueño intacto. “Un día le dije a mi padre, 'Si gano la medalla de oro en el Campeonato de Sable de la Juventud Asiática, entonces tendrás que dejarme ir a Corea.’ Terminé ganando la medalla de oro y mi papá dijo orgulloso a sus amigos, ‘Este es mi hijo, de tal palo, tal astilla’. Volví a sacarle el tema y entonces se dio cuenta de que iba serio".
Ese mismo 2010, Jackson Wang se apuntó al casting de JYP Entertainment, una popular productora coreana que se dedica a cazar jóvenes talentos de la música. Y de entre más de 2.000 participantes, fue uno de los seleccionados.
Un auténtico 'ídol' en Corea del Sur
A pesar de los intentos de la familia del hongkonés de que siguiera con su carrera deportiva, con los Juegos Olímpicos de Londres en el horizonte, Jackson Wang no lo dudó y se decantó por la música. En el verano del 2011 se fue a vivir a Corea del Sur y entró en la academia de JYP, en la que permaneció 2 años y medio, hasta pasar a formar parte de una nueva banda de K-Pop denominada Got7, formada por 7 chicos. El primer EP de la banda, Got it?, alcanzó la primera posición de popularidad de la Bilboard Top World Albums Chart, un éxito que fue creciendo como la espuma, convirtiendo a Jackson Wang en un auténtico idol, hasta alcanzar los 33 millones de seguidores en Instagram.
Actualmente, Jackson Wang tiene su propio sello discográfico, Team Wang, además de una línea de ropa personalizada. Sigue siendo miembro de Got7, aunque también ha iniciado su carrera como solista, logrando varios éxitos, además ser coproductor Chuang Asia, un concurso de talentos. Nadie sabe qué hubiera ocurrido si se hubiera decantado por la esgrima, aunque difícilmente le podría haber ido mejor.