El Barça se ha dejado ir en Huesca y sólo consigue empatar después de no hacer ningún mérito por llevarse una victoria que hubiera dejado la Liga Santander definitivamente vista para sentencia (0-0). Los suplentes y los jóvenes del filial han hecho transparente a un Barça irreconocible.
Muy jóvenes pero sin eficacia
Sin los titulares no hay fiesta blaugrana. Sólo Marc-André Ter Stegen, que es el único futbolista que ha jugado en las dos únicas visitas del Barça en El Alcoraz, ha sido el titular del once de gala. Ha habido revolución y experimentos extraños de Ernesto Valverde. Todibo, Murillo, Wagué y Riqui Puig han debutado con el Barça en la Liga y no han decepcionado. Media de edad de 24 años y 133 días, la más joven de la temporada actual.
Muy extraño porque jugaban en un campo de capacidad para 7.628 aficionados, porque el equipo no presentaba las caras de siempre y porque la manera de jugar ha sido nueva. Futbolistas como Messi, Piqué, Suárez, Busquets se han quedado en Barcelona, y otros como Coutinho, Arthur o Jordi Alba se han quedado en el banquillo.
Un once del Barça raro, pero con una formación todavía más rocambolesca. Valverde ha hecho un puzzle entre los que no tienen minutos y los que tienen que coger ritmo, y en vez de un 4-3-3, se ha jugado con un 3-4-3. Tres defensas con Todibo, Murillo y Umtiti, y con Dembélé haciendo de mediapunta.
No tenía pinta de partido grande y, el Huesca, el colista de la Liga, tampoco ha aportado de su parte. El Barça ha tenido el dominio en varias fases del partido, pero cuando no, era el Huesca quien atacaba sin miedo.
El partido se ha ido convirtiendo poco a poco en el juego de los disparates. Perdían la pelota los unos y luego los otros. Y cuando el Barça tenía la ocasión para de marcar gol, a Boateng se le escapaba el control, Malcom era demasiado lento para ejecutar, Dembélé se hacía un lío para disparar o Aleñá se perdía entre los rivales. Salvados quedan Wagué, en todo momento un puñal por la banda derecha, o Riqui Puig, el cerebro de un Barça que ha tenido el espíritu guerrero de Arturo Vidal.
El palo también es rival
El juego de los disparates ha tenido dos fases destacadas: momentos que el gol se acercaba al Barça y momentos de lucha en el medio del campo sin control. Ni con la salida al campo de Coutinho, Jordi Alba y Arthur en el segundo tiempo ha cambiado nada.
El Barça, sin sangre y blando en varias fases del partido, no ha podido hacer nada para marcar un gol. Los que más se han acercado han sido Dembélé gracias a las clarividentes asistencias de Riqui Puig y Malcom, que incluso ha hecho un palo. Ter Stegen, por su parte, no ha sufrido nada y ha resuelto a la perfección todas las llegadas del Huesca al área del conjunto culé.
De los tres precedentes entre el Barça y el Huesca, con 8, 8 y 4 goles para los catalanes, han pasado a los cero de esta tarde de poco fútbol. Es el tercer empate a nada esta temporada después de los duelos contra el Olympique de Lyon y el Athletic Club. El Barça tiene la Liga en el saco y se podía permitir el empate contra el Huesca, pero todavía se tiene que acabar de ligar. Tres victorias asegurarían un nuevo título para el Barça. Antes toca este martes el partido decisivo de Champions contra el Manchester United.