Luis Rubiales ya no es el presidente de la Federación Española de Fútbol. Cinco años y medio después del 17 de mayo de 2018 en el que asumió el cargo, el canario presentó su dimisión este domingo. Lo hizo en una entrevista con el periodista inglés Piers Morgan y también mediante un comunicado.
Ha costado que entrara en razón, si tenemos en cuenta que los hechos que han derivado en esta situación se produjeron el pasado 20 de agosto. Nos referimos al beso que le dio a Jenni Hermoso en la boca y a la tocada de genitales que protagonizó en el palco, entre otras escenas como su amago de dimisión con numerito incluido. “No voy a dimitir”, repitió hasta en cinco ocasiones. Al final sí ha dimitido.
Iker Casillas suena como relevo de Luis Rubiales
Ahora muchos se preguntan quién ocupará el cargo sustituyendo a Luis Rubiales. Y hay un nombre que ha sonado con fuerza en las últimas horas. De hecho, lo lleva haciendo desde que ocurrieron los hechos descritos y también desde el pasado 2020.
Estamos hablando de Iker Casillas, que ya se acercó al cargo en 2020. Ese año, sin embargo, en plena pandemia del Covid, el ex guardameta de Móstoles rechazó ser candidato.
“El principal motivo que me ha llevado a tomar esta decisión es la excepcional situación social, económica y sanitaria que está sufriendo nuestro país, esto hace que las elecciones pasen a un segundo plano", dijo en su momento en un comunicado. “Es momento de sumar y no dividir porque el fútbol y la sociedad lo necesitan", y que "en el ámbito deportivo y federativo hay que centrarse en cómo ayudar a jugadores, clubes, competiciones y unas elecciones solo desgastarían y harían que enfocásemos nuestros esfuerzos en algo que hoy no es fundamental”, añadió. No obstante, el ex de Sara Carbonero dijo que "no es una puerta cerrada de cara al futuro". Y ahora son muchos quienes le señalan como candidato ideal para ocupar el cargo.
Casillas traerá los cambios que necesita la RFEF
Iker Casillas ha sido un jugador muy importante en la historia del combinado español. Completo 167 partidos mientras estuvo en activo y sin él no se entienden las dos Eurocopas de 2008 y 2012, así como el Mundial de Sudáfrica de 2010.
Pero eso no es todo. A la mayoría le gusta que, pese a haber sido jugador del Real Madrid durante muchos años, no es un fanático. Se comporta de forma muy moderada y siempre ha sido un gran conciliador, como demostró en la crisis entre Barça y Madrid en la época de José Mourninho. Además, siempre ha demostrado saber estar, y también ha dejado claro que, por delante de los colores, está la selección. Asimismo, también confían en que sepa perpetrar los cambios que hace años que necesita la institución. Y también de barrer la caspa que sigue apareciendo por todos los rincones de la Real Federación Española de Fútbol.