Xavi Hernández ha encontrado su once base. Tras darle vueltas a la pizarra, el entrenador de Terrassa ha logrado configurar una alineación compensada con la novedad de pasar de un 4-3-3 a un 4-4-2, con un extremo abierto a la banda derecha y De Jong de cuarto centrocampista, lo que convierte a Gavi en un el falso extremo por la banda izquierda. Todo ello viene compensado con la configuración de la defensa, pues Jules Koundé ya se ha consolidado como lateral diestro, con Araujo y Christensen en el eje. Y el punto clave es Alejandro Balde, que con su espectacular zancada es capaz de cubrir toda la banda izquierda, convirtiéndose en el extremo cuando el equipo lo necesita para generar superioridades.

Y el gran damnificado del campo de dibujo es Jordi Alba, que ahora sí se ha quedado sin sitio en los planes de Xavi Hernández, más allá de un papel de jugador de rotación que el de l'Hospitalet de Llobregat es reacio a asumir. La última muestra ha llegado en el Betis-Barça, en el que el entrenador ha puesto sobre el terreno de juego a su mejor once, con la baja obligada de Raphinha por el lesionado Dembélé.

Alejandro Balde, con Aitor Ruibal, en el Betis-Barça de este miércoles / Foto: EFE

Jordi Alba, prescindible

El cambio de paradigma confirma que la dirección deportiva y Joan Laporta tenían razón cuando en verano apostaron por la salida de Jordi Alba. Se lograba rebajar la masa salarial, además de sacar del vestuario a uno de los jugadores con más tiempo en la plantilla, acelerando la regeneración de roles que se quiere llevar a cabo. En aquel momento, Xavi Hernández no estaba totalmente convencido con Alejandro Balde, al que veía como un suplente de nivel.

Poco a poco, sin embargo, Balde le ha ido ganando la partida a Jordi Alba, y eso que el tercer capitán logró acumular muchos minutos antes del Mundial. Con 4-3-3, Alba tenía muchos números de jugar, pues interpreta mejor los movimientos con un extremo por delante. Con un 4-4-2, en cambio, a Xavi le gusta más Balde, con mayor recorrido, lo que pone a Jordi Alba en un compromiso, ya que el futuro parece ir encaminado para este segundo escenario.

Jordi Alba, en el banquillo del Barça / Foto: Europa Press

La renovación de Marcos Alonso juega en contra

Ahora falta por ver si Jordi Alba acepta o no su nuevo rol. El jugador siempre ha manifestado que no tiene la más mínima intención de cambiar de aires, que se siente importante y capacitado para aportar y luchar por un puesto en el once titular. Falta por ver si, llegado el verano, el lateral opina lo mismo si en el tramo de la temporada se ve mucho más tiempo en el banquillo que sobre el terreno de juego.

No hay que olvidar, además, que el Barça acaba de renovar a Marcos Alonso, que a pesar de estar jugando de central, es lateral izquierdo. Con el madrileño y Balde, la banda está cubierta, por lo que al Barça no le importaría que Jordi Alba cambiara de opinión y decidiera hacer las maletas. La masa salarial disminuiría, lo que acercaría la opción de mejorarle el contrato a Araujo y, casualidades del destino, de poder inscribir a Alejandro Balde con ficha del primer equipo.