El Barça no acaba de ser sólido y de confirmar las mejoras. El conjunto blaugrana acaba empatando contra el Nápoles en la ida de los octavos de final de la Champions League. Un resultado más o menos positivo, pero que podría haber sido mejor si no hubiera sido por el error que cometió Iñigo Martínez. El defensa vasco fue uno de los principales señalados después del resultado conseguido en el estadio Diego Armando Maradona.
Iñigo Martínez, señalado en el gol del Nápoles
Mejora notable del Barça, sobre todo al inicio del partido, pero no suficiente para derrotar a un rival presuntamente asequible. Y todo fue por culpa de algunos errores individuales. Sí que es cierto que ofensivamente se fallaron muchas jugadas y que se podrían haber marcado muchos más goles, pero la defensa volvió a fallar en el momento clave.
El conjunto blaugrana estaba haciendo un partido sorprendentemente sólido y con muy pocos errores. Algun pase impreciso en el medio del campo, pero ofensivamente muy móviles y defensivamente siempre bien posicionados. Y todo se estropeó en el minuto 75 cuando Iñigo Martínez falló y Victor Osimhen estableció el empate en el marcador.
El defensa vasco se quiso anticipar a un pase que iba dirigida al delantero nigeriano. El problema es que Osimhen es físicamente muy fuerte y utilizó su cuerpo para deshacerse de Iñigo Martínez y acomodarse el balón para empatar el partido. Algunos ven una posible falta sobre el defensa del Barça, pero la realidad es que si el jugador vasco hubiera mantenido su posición y hubiera frenado a Osimhen por detrás seguramente la jugada no hubiera acabado en gol.
Una situación que mosqueó a varios pesos pesados del Barça, ya que hasta entonces se había hecho un partido muy decente y todo el mundo se lo estaba dejando todo sobre el césped. El Barça cometió un error importante y acabó perdiendo toda la ventaja que había conseguido.
El Barça tiene buenas fases de partido
Esto quiere decir que el Barça todavía tiene que seguir mejorando. Sí que empieza a tener fases del partido muy buenas, pero la regularidad no es lo que más destaca. En los momentos de desconexión todos los rivales tienen oportunidades claras y las acaban aprovechando.
Un Barça que vuelve a recibir un fuerte golpe después de recuperar buenas sensaciones. Sin embargo, la vuelta de los octavos de final de la máxima competición europea se juegan en Montjuïc y el Barça lo tiene todo de cara para pasar de ronda. Ya no se pueden cometer más errores infantiles a partir de esta fase de la Champions League.