A veces, un partido sin goles no quiere decir que no haya habido suficientes ocasiones para ver un tanto, y eso ha pasado aen e partido entre los Estados Unidos e Inglaterra (0-0). Los norteamericanos han sometido a los ingleses durante gran parte del partido y entre los palos y el desacierto han impedido que se moviera el marcador.
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Dominio norteamericano sin el premio del gol en el primer tiempo
El seleccionador inglés Gareth Southgate ha optado por dar continuidad al mismo 11 que goleó a Irán en la jornada inaugural, y si bien cuatro días antes los británicos dominaron desde el pitido inicial, contra los Estados Unidos la historia ha sido muy diferente. Buena parte del éxito de los Three Lions en el primer partido fue por la facilidad con la que aparecía su doble pivote, pero Jude Bellingham y Declan Rice no han podido deshacerse del entramado defensivo de los Estados Unidos en una primera mitad que, a pesar de acabar sin goles, si alguien los ha merecido han sido los norteamericanos.
El talento ofensivo de los ingleses ha hecho que la primera y la última ocasión del primer tiempo hayan sido obra de Harry Kane y Mason Mount, pero todo el resto se ha desarrollado en torno a la portería de Jordan Pickford. Los Estados Unidos lo han apostado todo al dinamismo y así han llegado las ocasiones. Profundidad por bandas y cargando el área con muchos efectivos han provocado que jugadores como Weston McKennie o Haji Wright hayan disfrutado de remates de bastante peligro a pesar de no acabar entre los tres palos.
Los Estados Unidos, sin nada que perder, han buscado el triunfo
El que sí que se ha encontrado con los palos, más concretamente con uno de ellos, ha sido un latigazo de Christian Pulisic sobre la media hora de partido que ha hecho temblar el travesaño inglés. Inglaterra ha respirado aliviada con la llegada del descanso, que dejaba a los Estados Unidos con un dilema importante. Para los norteamericanos, perder o empatar contra Inglaterra tenía la misma incidencia. Solo la victoria hacía que llegaran a la última jornada con la posibilidad de empatar contra Irán y pasar a los octavos.
En este contexto, y sin nada que perder, han buscado el gol que les diera los tres puntos. La persistencia del equipo estadounidense siempre tenía un final similar, el córner. En los primeros veinte minutos del segundo tiempo han tenido cinco saques de esquina y, aunque todos ellos han generado sensación de peligro, las torres inglesas como Maguire o Stones o las intervenciones del portero Pickford apagaban los incendios. Y así ha sido hasta el final del partido. La insistencia no siempre tiene premio y hoy les ha tocado vivirlo a los norteamericanos.
Con el reparto de puntos, la única beneficiada es la selección inglesa que, si gana a Gales será primera de grupo, mientras que si empatan, aunque estarán igualmente clasificados a no ser que caigan goleados, quizás serán serán segundos. Los Estados unidos, por su parte, tendrán que ganar a Irán para pasar a las eliminatorias en un grupo donde queda todo abierto para una última jornada de máxima emoción.