El Real Madrid recupera su intangible de magia para escribir un nuevo capítulo en los anales de la historia de la Champions League (2-5). Esta vez, ha sido el Liverpool quien, después de verse con un 2-0 a favor, ha salido remontado, aleccionado y prácticamente sentenciado de unos octavos para el recuerdo.
La primera mitad de los errores torpes
Era interesante lo que planteaba Carlo Ancelotti. El técnico de Reggiolo anclaba a Vinícius Júnior y a Rodrygo en la espalda de Alexander-Arnold y de Robertson. Los laterales del Liverpool, que en este caso se trata de futbolistas totales, son precisamente el punto más fuerte y más débil de Jürgen Klopp. Son omnipresentes en ataque y tienen una zurda y una diestra, respectivamente, de seda a la hora de desplazar. Con todo, con los dos brasileños de alerta, la idea del entrenador merengue era tratar de apaciguar la constante amenaza ofensiva que son el inglés y el escocés.
No obstante, poco tardaría Darwin Núñez en dejar en la nada cualquier tipo de igualdad. El ariete uruguayo, después de un desmarque en el corazón del área en el que le ha comido la tostada a Militao, ha correspondido a un pase maravilloso de Mohamed Salah entre líneas para hacer el primero con un preciso toque de espuela. Anfield venía siendo una comunión, pero la diana de Darwin ha sido como verter gasolina al fuego.
Sea como sea, lo peor para el Real Madrid estaba por llegar. 10 minutos más tarde, en el 14', el héroe de París cometería el primero de los errores torpes de la noche. Después de controlar con el pecho un pase atrás, entre ideas y dudas, la rodilla de Thibaut Courtois le ha jugado una mala pasada, cediéndole el balón a un Salah que, con el belga vendido, ha puesto el 2-0.
Podía tratarse de un antes y un después desastroso para el Real Madrid. Courtois, un portero casi perfecto, que parecía incapaz de cometer un error, ha vivido uno de sus peores episodios cuando el conjunto blanco necesitaba una ayuda. Podía parecer que estaba lloviendo sobre mojado para el Real Madrid. De hecho, estaba pasando, pero cuenta la leyenda que el Real Madrid nunca se rinde y, por arte de magia o por obra del destino, el intangible de los merengues en su competición fetiche volvería a hacer su efecto.
Vinícius, al rescate
El Real Madrid, en lugar de volverse loco para tratar de reducir las distancias, ha optado por recuperar la posesión del balón y volver a mirar con los ojos del empate inicial el partido. En este contexto, las heridas del conjunto blanco cicatrizarían rápidamente después de un auténtico golazo de Vinícius Júnior. El brasileño, en una de sus jugadas marca de la casa, encontraría el palo largo de Alisson con un disparo seco totalmente inapelable para el ex de la Roma.
Donde sí que podría haber jugado mejor papel sería en el 36', cuando en una cesión atrás de Joe Gómez sin aparente peligro, Alisson se ha saturado, estrellando su pase en la pierna de un Vinícius que ya había dimitido de la presión. Segundo error torpe de la noche, este todavía peor, y 2-2 para tener de nuevo al vigente campeón de Europa enchufado al partido.
El Real Madrid recupera el aura de la remontada y deja prácticamente encauzados los cuartos
Parecía increíble que, de nuevo, después de tantos precedentes en la pasada edición, el Real Madrid fuera capaz de volver a remontar una eliminatoria. En ese entonces, otro brasileño como Éder Militao pondría el 2-3 en una jugada a balón parado telegrafiada. Después de un servicio de Luka Modric a la frontal del área pequeña en un 'minicórner', la defensa Red no vería a venir el desmarque del brasileño, que ante la pasividad defensiva, volvía a obrar la remontada merengue.
Anfield seguía ejemplar, pero al Liverpool se le veía francamente tocado en lo anímico y Karim Benzema ha hurgado en la herida. Lo haría con la fortuna de su lado, para que después de un golpeo defectuoso, un leve roce en Joe Gómez desviara la trayectoria y salvara la estirada de Alisson. Se estaban juntando el hambre con las ganas de comer para un Liverpool que, a pesar de estar viéndose superado, no merecía un castigo tan duro.
Benzema pone el broche de oro
El Real Madrid acababa de firmar otra remontada histórica, pero es que las sensaciones de superioridad estaban siendo preocupantes. Incluso en la grada resonaba el Reyes de Europa para animar a un Real Madrid que estaba encontrando en sus principales emblemas la versión que necesita. 'Vini' había sido el profeta del nuevo milagro, Modric ha vuelto a impartir cátedra, pero Benzema, que acababa de apuntarse a la fiesta, ha puesto el broche de oro.
En una contra de las que los merengues bordan, el propio Vinícius ha dejado para que el francés, después de un recorte digno del vigente Balón de Oro, sentara a Alisson y pusiera en el marcador un 2-5 prácticamente imposible de remontar. El Bernabéu dirá el próximo 15 de marzo, pero el actual octavo de la Premier ha salido muy tocado de un partido que tenía que ser el principio de su cambio de dinámica.