A pesar de hacer un partido mediocre, el Barça ha sido superior y merecedor de la victoria, pero ha chocado contra el muro del Inter de Milán y contra un arbitraje de segunda para acabar perdiendo un partido muy importante en la Champions League (1-0). Un gol de Hakan Çalhanoğlu justo antes del descanso ha decantado la balanza en el Giuseppe Meazza y los blaugrana que se vuelven a complicar su futuro europeo. Y el VAR sigue siendo un rival para el Barça.
Un Barça incompleto
Un duelo de alto voltaje que servía para resolver un poco el Grupo C. Y se ha demostrado que el Barça ha querido apostar por la victoria y esta vez sí optar a tener más números de pasar a los octavos de final de la máxima competición europea. Desde el primer minuto, ataque total de los culés. Los jugadores de Xavi Hernández han dominado el juego y han estado asediando la portería del Inter de manera constante. Los italianos, siempre a la defensiva y buscando los contragolpes.
La defensa era cambiante entre tres y cuatro centrales, con Andreas Christensen, Eric Garcia, Sergi Roberto y Marcos Alonso. Sergio Busquets, Pablo Gavi y, sobre todo, Pedri González, han dominado el centro del campo. Y sólo ha faltado el acierto de los delanteros. Robert Lewandowski ha amenazado pero ha pasado desapercibido, Ousmane Dembélé ha propuesto pero ha fallado, y Raphinha lo ha intentado pero nada más.
El Barça ha hecho ataque tras ataque. Mareando a los rivales y demostrando que era superior al Inter. Y cuando había alguna jugada de los italianos en velocidad, entonces ha aparecido Marc-André ter Stegen. Sólo un poco de nervios con la revisión de un posible penalti por manos de Eric Garcia en el minuto 24, que ha sido inválido por un fuera de juego previo de Lautaro Martínez, y poco más. Pero antes del descanso, desastre culé después de un golazo desde fuera el área de Çalhanoğlu. Ha sido un Barça incompleto porque ha fallado de cara a gol y ha tenido un error defensivo. Justo para ir perdiendo en la Champions.
Los árbitros desesperan al Barça
El dominio abrumador culé de la primera mitad ha desaparecido en la segunda parte. Las prisas han llegado y las imprecisiones han seguido apareciendo. Sobre todo de Dembélé, que no ha parado de regalar posesiones y de desperdiciar oportunidades de gol.
Pero si las cosas ya iban mal para los intereses culés, se le ha añadido la lesión de Christensen, dando entrada a Gerard Piqué. Un balón al palo de Dembélé y, poco después, ya con poco menos de media hora para el final, han entrado Ansu Fati y Alejandro Balde. Y ha llegado el gol del empate, obra de Pedri, pero ha sido anulado poco después —con el árbitro principal mirando la pantalla del VAR— por una mano muy y muy estricto de Ansu.
El Barça, con una marcha más después de los cambios, se ha acercado peligrosamente al gol. Los italianos han jugado un poco con la polémica y han ganado un poco más de tiempo. Se iban consumiendo los minutos y el Barça se desesperaba. También Xavi Hernández, recibiendo una tarjeta amarilla. Pero a pesar de la entrada final de Franck Kessié, no ha sido suficiente para empatar. También porque el VAR no ha querido ver unas manos clarísimas dentro del área de Denzel Dumfries en el tiempo añadido. Y el Barça finalmente ha acabado perdiendo contra el Inter y se complica otra vez su futuro en la Champions.