El mundo del fútbol cambiará por completo a partir del 2025. Un Mundial de Clubs sin precedentes aterrizará desde el 15 de junio hasta el 13 de julio para cambiar las reglas del juego. Nunca 32 equipos de todo el planeta habían compartido escenario. Esto parecía un privilegio destinado a las selecciones y su clásico Mundial, patrimonio del deporte rey. Sin embargo, la FIFA ha querido revolucionar el panorama futbolístico introduciendo una competición que este jueves celebra su sorteo en Miami y que en un primer momento puede crear mucha expectación, pero que esconde también un gran listado de sombras que generan dudas que tardarán en resolverse.
32 equipos de todo el mundo competiendo en los Estados Unidos: ¿Qué puede salir mal?
Visto desde fuera, este Mundial de Clubs parece un invento perfecto. Casi como si fuera absurdo que a nadie se le hubiera ocurrido crearlo antes. Los 32 mejores equipos de todo el mundo compitiendo en un único torneo que se celebrará en un mes trepidante, cada cuatro años, y en los mejores escenarios del mundo. ¿Qué puede salir mal? Pues la verdad es que la respuesta no es corta. Y eso que el torneo todavía no ha empezado, y que para gran parte de los protagonistas y de los aficionados queda lejos, como es lógico.
Lo primero que hay que destacar es que el fútbol es un deporte poco tendente al cambio, con unas tradiciones arraigadas que para sus seguidores son intocables. Será complicado ver a una gran masa social de los equipos participantes desplazarse hasta los Estados Unidos para seguir la competición, como si sucede, en cambio, con el Mundial de selecciones. Por lo tanto, es muy probable que los partidos acaben teniendo un ambiente apagado, con más turistas o aficionados norteamericanos neutrales que busquen entretenerse antes que animar su equipo.
El calendario, el principal obstáculo de este Mundial de Clubs
Por otra parte, el calendario tampoco ayuda, ni para los mencionados aficionados, ni para los futbolistas, que ya se han manifestado en contra de este Mundial de Clubs. Y es que la introducción de esta nueva competición supone una carga extra para un calendario que ya está lo bastante lleno. Serán cuatro semanas más de competición (en el peor de los casos), que dejarán los equipos participantes sin casi vacaciones antes del inicio de la 2025/26.
Ante este escenario, faltará ver cuál es la intención de los clubs y qué importancia le dan a este torneo. Desde la FIFA, están convencidos que cada participante morirá para tener el honor de ser el primer ganador del Mundial de Club. Sin embargo, hay cierta incertidumbre. Una opción no tan iracunda sería ver entrenadores apostando por alineaciones poco habituales, con el objetivo de dar descanso a los futbolistas que han acumulado más partidos a lo largo de todo el curso. Evidentemente, esto sería un handicap casi letal para la competición.
¿Qué pasará con el mercado de fichajes?
La otra gran incógnita que se presenta viendo las fechas que se ha escogido para celebrar este torneo es saber qué pasará con el mercado de fichajes, porque se juega entre dos temporadas. Podría haber muchos conflictos de intereses, sea de jugadores, clubs o entrenadores. Pero la FIFA ha pensado en todo (o no): abrirá una ventana de traspasos de 10 días, del 1 al 10 de junio. Así pues, los clubs podrán fichar jugadores de cara a este Mundial. Es una forma de dar importancia al torneo, pero que puede ocasionar una situación surrealista: un futbolista jugando en tres clubs diferentes en una misma temporada. Estaría en caso de que jugaran la primera parte del curso en un equipo, fueran traspasados al invierno y acabaran el año en un nuevo equipo utilizando este periodo de 10 días. De nuevo, incertidumbre total y muchas dudas.
El ámbito económico tampoco genera consenso
Finalmente, hay que hablar del dinero. En un principio, cuando se anunció la creación de este Mundial de Club, se presentó como un salvavidas para muchos clubs, que recibirían un mínimo de 50 millones de euros por su participación, supeditada a méritos deportivos. Pocas veces al fútbol se ha visto un reparto económico ecuánime. Y a diferencia de lo que se especuló en un principio, este Mundial de Clubs tampoco será excepción, ya que seguirá una distribución piramidal, como todos los grandes torneos mundiales.
La contraposición del espectáculo futbolístico
Con todo sobre la mesa, queda claro que hay muchos puntos flojos en este Mundial de Clubs. Pero a favor suyo tiene un espectáculo que puede ser muy atractivo para el gran público. Los mejores jugadores del mundo se reunirán durante un mes que puede dejar partidos cargados de emoción. Faltará ver si todo eso será suficiente para apagar todos los puntos anteriores.