El vestuario del Barça de esta temporada es una verdadera piña. Todos reman en la misma dirección con el fin de levantar títulos a final de temporada. Y esto se nota en el terreno de juego, tanto en los partidos oficiales como en los entrenamientos, donde se pueden ver detalles que ejemplarizan la implicación que tiene esta joven plantilla para acabar el curso con muchos éxitos. Aunque el club blaugrana deja ver pocos minutos de las sesiones preparatorias de Hansi Flick, recientemente ha salido a luz una escena inusual, que demuestra la salud de este equipo.
Ronald Araujo, un admirador más de Pau Cubarsí
Una vez finalizada la sesión que tenía que servir para preparar el duelo de vuelta de los octavos de final de la Champions League contra el Benfica, Pau Cubarsí, expulsado en la ida por una roja en el minuto 22, se ha quedado haciendo trabajo específico de salida de balón. Todo el resto de compañeros se han marchado al vestuario menos uno: Ronald Araujo. El central uruguayo, que comparte posición con el catalán, se ha quedado aprendiendo y admirando el talento del joven central formado en la Masia, consolidado con solo 18 años como una de las piezas fundamentales dentro de los esquemas de Flick.
El vídeo no ha tardado en hacerse viral en las redes sociales. Y es que es poco habitual ver a dos compañeros de equipo que luchan por un lugar de titular con esta relación tan humana. Pau Cubarsí es un especialista en la salida de balón, mientras que Araujo no domina tanto estas artes. De hecho, seguramente es su punto débil. Así, el uruguayo tiene en Cubarsí un mentor de primer nivel. Aunque el '2' blaugrana todavía tiene 18 años, ya es un referente a nivel mundial con la pelota en los pies. Pocos defensores pueden marcar la diferencia a través de pases y conducciones como el futbolista catalán.
Araujo, un futbolista reinventado que quiere seguir creciendo en el Barça
Araujo, en cambio, es el caso opuesto al de Pau Cubarsí. El central charrua es un corrector magnífico en campo abierto, que sabe utilizar sus atributos físicos para ser una roca defensiva, pero con la pelota en los pies tiene más problemas. Eso sí, hay que decir que su mejora en este punto desde su llegada al Barça Atlètic ha sido admirable. A base de trabajo, ha sabido ponerse a punto para un club que siempre apuesta por salir jugando desde detrás, con la esférica controlada.
Lo mejor de todo es que todavía tiene 26 años. Por lo tanto, tiene mucho margen de mejora, en todos los sentidos. Hay que decir que recientemente firmó su contrato de renovación con la entidad culé hasta el 2031. Además, es uno de los capitanes de la plantilla. Fue muy criticado por la expulsión de la temporada pasada contra el PSG, pero gestos como estos demuestran que su máximo deseo es triunfar de blaugrana.