La Eurocopa 2020 terminará este domingo con la disputa de la gran final. Será, como anhelaba la UEFA, un partido entre dos selecciones históricas, Italia e Inglaterra, y en un estadio emblemático, Wembley, con muchos espectadores, 60.000, a pesar del repunte de casos por la variante Delta del coronavirus.
Será el broche final a una Eurocopa que quedará en el recuerdo por el gran fútbol que se ha podido ver, con partidos llenos de emoción, goles y momentos históricos, aunque con 3 manchas lamentablemente imborrables: el escandaloso penalti pitado a favor de Inglaterra en la prórroga de las semifinales contra Dinamarca, la prohibición de la UEFA a que el Allianz Arena se iluminará de arcoíris durante el Alemania-Hungría y las presiones de la UEFA a Dinamarca para que jugara lo antes posible la segunda parte del partido contra Finlandia tras el desfallecimiento de Eriksen.
Harry Kane está firmando unas eliminatorias espectaculares / EFE
Inglaterra, ante una sombra infinita que le persigue
Aunque parezca mentira, Inglaterra disputará este domingo (21h, Telecinco) su primera final de una Eurocopa, un partido en el que parte como favorita al jugar en casa, Wembley, y en un estadio en el que prácticamente toda la afición será inglesa, por la prohibición del gobierno a la entrada de italianos sin pasar una cuarentena previa. Los Three Lions, de hecho, habrán disputado con este 6 partidos en Wembley, por uno en Roma, un hecho bastante curioso si se tiene en cuenta que esta era una Eurocopa coral, sin anfitrión, para celebrar el 60 aniversario de la competición.
Además, Inglaterra se presenta con una plantilla de ensueño, con figuras en todas las líneas y con Sterling y Harry Kane en plena forma. Los de Southgate, que solo han encajado un gol en toda la competición, de falta directa contra Dinamarca, basan su estrategia en la fortaleza defensiva, con Maguire y Stones en el eje defensivo, con Phillips t Rice por delante, y dando libertad a sus 4 jugadores adelantados, con Kane y Sterling como fijos y Mount, Foden, Grealish, Sancho y Saka disputándose las otras dos posiciones.
Los jugadores de Italia, celebrando el pase a la final / EFE
Italia, a asaltar Wembley tras una gran Eurocopa
Enfrente de la favorita estará la Bella Italia de Roberto Mancini, un equipo que ha sorprendido a los escépticos con un fútbol muy alejado del histórico catenaccio que les acompaña. Y es que los Barella, Chiesa, Verratti o Insigne lideran un equipo de fútbol intenso y dinámico capaz de colgarse del larguero ante las adversidades, como hizo ante España, con Bonucci y Chiellini como líderes, y de dominar el juego y atacar sin descanso, como han demostrado en prácticamente el resto de la competición.
La gran nota negativa para los azzurri es la baja de larga duración de Spinazzola, que hasta su lesión estaba siendo uno de los jugadores más destacados.
Italia acepta que Inglaterra es la favorita, pero es que precisamente es en estas condiciones cuando la Azurra acostumbra a mostrar su mejor versión. Esperemos que la final sea digna de una Eurocopa en la que se ha visto un fútbol de muchos quilates y, sobre todo, que no se decida por ninguna decisión arbitral que revivan unos fantasmas que parecían enterrados con el VAR.
Imagen principal: momento en el que Sterling logra marcar el 1-0 en el Inglaterra-Alemania disputado en Wembley / Europa Press