Jesús Navas, capitán y leyenda del Sevilla, se despedía del Sánchez-Pizjuán entre lágrimas. Aunque el jugador de Los Palacios ha disputado su último partido en su casa, todavía le queda un último baile en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid el domingo 22. Ese sí que va a ser su último partido en su dilatada trayectoria deportiva.
Jesús Navas, 21 años de pura historia
Navas disputó su primer partido en el año 2003 con el Sevilla Atlético y desde ahí empezó una historia llena de momentos creada entre el jugador y la afición. 8 títulos ha conseguido con el club, cuatro Europa League, dos Copas del Rey, una Supercopa de España y otra de Europa. Una larga vitrina de trofeos que no han sido fáciles de conseguir para el jugador que tantos problemas de cadera ha sufrido.
Minutos de descuento para una gran ovación
El capitán del Sevilla salía como titular al césped mientras una afición que esperaba que este día no llegara le aplaudía como símbolo de rendición al más grande. García Pimienta dejaba al jugador en el campo 70 minutos, cuando llegó su cambio. Navas no quería salir, se despedía del estadio, colocando sus rodillas en el suelo y besando el césped que tantos buenos momentos le ha dado. En el banquillo, el de Los Palacios se fundía en un mar de lágrimas, deseando haber parado el tiempo y volver a sus inicios.
8 títulos ha conseguido con el club: cuatro Europa League, dos Copas del Rey, una Supercopa de España y otra de Europa
"Esto es mi vida, el Sevilla. Lo he dado todo hasta el final. Estos seis meses han sido una locura, me he sorprendido a mí mismo. He ganado la Eurocopa con esos dolores y he vuelto aquí, a darlo todo. Amo a esta gente. Les hemos dado títulos, amor y entrega. Esto es lo que yo quería, enseñar lo que es el Sevilla y este escudo. Ya habéis visto los chavales, como han salido", explicaba Jesús Navas a los medios después del partido.
Un futuro cerca del club
El partido finalizó con un gol de Manu Bueno, canterano como lo fue en su día Navas. El Sánchez-Pizjuán y Jesús Navas se despiden de la mejor manera. Un 'hasta luego', pero no un 'adiós', de una leyenda que se despedía con un tifo donde se vislumbraba la frase, "el orgullo de Nervión". García Pimienta lo quiere cerca de él en el equipo, en una posición donde él se sienta cómodo, así que esto no es una despedida. "Este era mi sueño de niño. Todo lo que he conseguido ha sido por el trabajo, coraje, las ganas... Mi familia sabe los momentos tan complicados que he tenido, y el coraje que le he echado y las ganas. Han sido cuatro o cinco años los que me he levantado sin poder andar. Me da igual no poder andar mañana. Hay que darlo todo por este escudo, lo amo", expresaba el jugador. Entre lágrimas, el final de una leyenda, pero también un ejemplo a seguir para muchos jugadores.