Joan Laporta ha tomado una de las decisiones más significativas en su mandato al frente del FC Barcelona. A partir de la próxima temporada, el mítico dorsal ‘10’ del equipo será llevado por Lamine Yamal, la joya de La Masia y una de las mayores promesas del fútbol mundial. El joven prodigio no solo heredará el icónico número que inmortalizó Lionel Messi, sino que también firmará un contrato que lo vinculará al Barça hasta 2030 en cuanto cumpla los 18 años.
Esta decisión marca un antes y un después en el proyecto deportivo del Barça. Con tan solo 17 años, Lamine Yamal ya ha demostrado ser una pieza clave en el esquema de Hansi Flick. Su desparpajo, técnica y capacidad para desequilibrar partidos lo han convertido en un titular indiscutible, a pesar de su juventud. El anuncio de que llevará el ‘10’ refuerza la apuesta del club por un modelo basado en el talento joven y la cantera.
El dorsal ‘10’ en el Barça es más que un número: es un símbolo de excelencia. Portarlo significa liderar al equipo dentro y fuera del campo, y supone una enorme responsabilidad. Jugadores legendarios como Ronaldinho, Diego Maradona y, sobre todo, Lionel Messi han dejado una huella imborrable con este número en sus espaldas. Sin embargo, la confianza del club en Lamine Yamal es total.
El extremo ha demostrado tener el carácter y la calidad necesarios para estar a la altura de las expectativas. Su capacidad para brillar en los momentos más exigentes y su madurez en situaciones de presión lo convierten en el candidato ideal para heredar el dorsal más icónico del Barça.
El contrato que Joan Laporta tiene preparado para Lamine Yamal es igualmente significativo. Firmar hasta 2030 demuestra la intención del Barça de blindar a su nueva estrella frente a posibles intereses de otros clubes europeos. Además, el acuerdo incluirá una cláusula de rescisión acorde a su estatus como uno de los jóvenes más prometedores del panorama futbolístico.
Con el anuncio, el Barça envía un mensaje claro: la era post-Messi está en marcha, y el futuro pasa por nombres como el de Lamine Yamal. Este movimiento es visto por la afición como un paso hacia la consolidación de un equipo competitivo y con identidad propia, basado en los valores y el talento que siempre han caracterizado al club.
Ahora, todas las miradas están puestas en el joven canterano, quien se perfila como el líder del Barça de la próxima década. El reto es enorme, pero el potencial de Lamine Yamal parece estar a la altura de la historia que está a punto de escribir.