El Barça, en líneas generales, no ha hecho un mal partido ante el Nápoles, pese al empate a uno. En la primera mitad, los blaugrana han tenido ocho remates, por solo tres de los italianos, pero una vez más, ha vuelto a penalizar la efectividad de cara a la portería rival.
Al Barça le falta un goleador
Porque en el primer período, de esos ocho tiros solo uno ha ido entre los tres palos, mientras que los tres que han hecho los napolitanos iban dirigidos a la portería de Ter Stegen, incluído el gol de Zielinski. Cierto es que en la segunda parte el Barça ha mejorado y ha secado a su rival, que ha chutado por primera vez en el tiempo añadido.
Pero en ataque, más de lo mismo. Muchas llegadas, muchos tiros, y pocos que inquietaran a Meret. De hecho, el gol del empate ha llegado de penalti por unas manos de un defensa visitante, porque sino el Barça podría haber incluso perdido. Desde la salida de Luis Suárez, el Barça no ha encontrado a un delantero centro que garantice una cantidad considerable de goles, y por todos es sabido que Joan Laporta quiere ponerle remedio fichando a Erling Haaland.
El noruego es el gran deseado por el presidente blaugrana, pero es consciente que la operación es muy complicada e implica muchas aristas en forma de comisiones. Porque fichar a Erling implica pagarle a él, tanto una prima como su propio sueldo, pero también significa pagar al Borussia Dortmund un traspaso, y también desembolsar 20 millones de euros al agente del futbolista, Mino Raiola, y otros 20 para el padre del jugador, el exfutbolista Alf-Inge Haaland, parte clave en lo que decida el todavía delantero del Dortmund.
Hay que hacer sacrificios por Haaland
Partidos como el de hoy desesperan a la afición blaugrana, y también a Laporta, y aumentan las ganas de hacer un sacrificio importante y doloroso, algo a lo que Xavi Hernández no parece estar dispuesto a renunciar: los pesos pesados, o lo que es lo mismo, los jugadores más veteranos.
Para que la renovación de la plantilla sea efectiva no solo hay que reducir la masa salarial, sino que se debe reducir la edad media del equipo, y eso pasa por sacrificar a alguno de los capitanes. El que está más en la cuerda floja es Jordi Alba, sin contar a Sergi Roberto, a quién el club no va a ofrecer la renovación.
Pero los casos de Gerard Piqué y Sergio Busquets son más conflictivos. Siguen siendo intocables, y sin un relevo de garantías que ocupe su lugar, no es fácil que se vayan del Barça. Hay muchas preguntas, y pocas respuestas, pero hay una certeza. Si Joan Laporta debe hacer sacrificios que no le gusten a Xavi Hernández para traer a Haaland, los hará.