La derrota del FC Barcelona ante el Leganés en Montjuïc ha provocado un terremoto en el seno del club, y el presidente Joan Laporta no ha escondido su enfado. Tras ver cómo el equipo volvía a caer contra un rival menor y evidenciaba una preocupante falta de reacción, el máximo mandatario azulgrana ha decidido tomar cartas en el asunto. Desde su entorno más cercano confirman que está decidido a realizar movimientos importantes en el próximo mercado de invierno para reforzar una plantilla que, a todas luces, necesita un impulso.

En las horas posteriores al encuentro, Laporta mantuvo conversaciones con Deco y el cuerpo técnico, exigiendo una solución inmediata a los problemas que arrastra el equipo. Para el presidente, la paciencia se ha agotado, y considera que la mejor manera de revertir la situación es dar un golpe de efecto en enero con la incorporación de dos fichajes clave.

El primero de ellos sería un lateral izquierdo que pueda dar descanso y competencia a Alejandro Balde, quien, pese a ser uno de los jugadores más destacados del equipo esta temporada, no cuenta con un sustituto de garantías. El nombre que más gusta en la dirección deportiva es el de Álvaro Carreras, actual jugador del Benfica. El lateral español está firmando una gran temporada en Portugal, y desde el Barça creen que sería el refuerzo ideal para apuntalar la defensa. Sin embargo, su fichaje no será sencillo, ya que el Manchester United también está interesado en él y cuenta con una opción preferente debido a un acuerdo previo.

Joan Laporta / Instagram
Joan Laporta / Instagram

El segundo nombre en la agenda de Laporta es mucho más ambicioso: Rafael Leão. El delantero portugués es una de las grandes obsesiones del presidente, quien está convencido de que su llegada podría marcar la diferencia en el ataque azulgrana. Leão, actualmente en el AC Milan, es un jugador que aportaría potencia, desequilibrio y gol, justo lo que necesita el equipo en estos momentos. Pero su fichaje está lejos de ser una operación sencilla, ya que su precio de mercado y las limitaciones económicas del Barça hacen que cualquier movimiento requiera ingeniería financiera.

A pesar de las dificultades, Laporta está dispuesto a hacer un esfuerzo por Leão, consciente de que su incorporación enviaría un mensaje claro de ambición tanto a la plantilla como a la afición. El presidente sabe que no puede permitirse otra temporada de transición y está decidido a dar a Hansi Flick las herramientas necesarias para enderezar el rumbo.

El tiempo apremia, y en las oficinas del Camp Nou ya trabajan a contrarreloj para cerrar las incorporaciones. La derrota ante el Leganés ha dejado tocado al equipo, pero también ha servido como catalizador para que Laporta acelere en busca de soluciones.