El FC Barcelona atraviesa una sensible situación sobre el terreno de juego, pero en el palco, las cosas están iguales o peores. Xavi Hernández ya ha adelantado su salida del club a finales de la presente temporada, pero en las últimas horas ha trascendido que Deco podría optar por cambiar al entrenador si el Barça queda eliminado de la Champions ante el Nápoles.
Y es que, aunque el equipo parecía haber levantado la cabeza después de la durísima derrota encajada en casa ante el Villarreal, el Granada volvió a sacar provecho de los errores burdos de una defensa en momentos bajos de confianza. Con todo, lo peor no fueron los dos puntos perdidos en la lucha por la Liga, sino la mala imagen institucional que están creando los rumores sobre el sucedido en el palco.
Joan Laporta, al límite
Después de trascender que Joan Laporta llegó a su límite y lo pagó con el catering, desde el programa El Chiringuito de Jugones se informa de que el propio Laporta se reunió con Xavi de manera posterior al partido y que, aunque la mencionada fuente no revela el contenido ni la conversación del encuentro, detalla que "Xavi Hernández salió con la cara desencajada".
Presidente y entrenador se habrían encontrado en un comedor cerca del parking de Montjuïc y el técnico de Terrassa habría salido con prisas, con "la cara desencajada" y "sin seguridad". Ni siquiera lo acompañaría el asesor que él mismo contrató para el Barça, síntoma que lo que habría sucedido entre él y el presidente no le habría gustado mucho.
El Barça, "en llamas"
La reunión habría durado tan solo 5 minutos y Xavi habría salido del estadio por una zona "que no es habitual". El Chiringuito, además, define la situación como "dantesca" y afirma que "el Barça está en llamas". En vista de lo que sucede sobre el césped, esta definición ya podría corresponderse, pero la situación que vive el club más allá del fútbol es peor.
Además, según Jijantes, Joan Laporta se guía por amistades a la hora de contratar gente para el Barça y que, si el máximo mandatario sigue este criterio, que la situación puede acabar "como el rosario de la aurora". Así pues, los augurios con respecto a estas informaciones no son precisamente brillantes, pero hay que recordar que las aguas se calmarán si la pelota entra en la portería adecuada. Si eso pasa, el ruido bajará, la confianza subirá y, por descontado, el club se ahorrará tener que pasar por episodios extradeportivos como los vividos después del Barça-Granada.