Joan Pedrero (Canet de Mar, 1978) es un piloto de raids que ha destacado por sus participaciones en el Dakar. El catalán lleva 15 años compitiendo en el rally más duro del mundo, pero esta vez empieza una nueva aventura. Del 30 de diciembre al 14 de enero disputará la África Eco Race, una carrera que llevará a los pilotos de Mónaco a Dakar, y que es el relevo de la mítica prueba de motor. Pedrero ha atendido a ElNacional.cat días antes del inicio de esta carrera soñada.

Joan Pedrero, durante la entrevista en el plató de ElNacional.cat / Foto: Carlos Baglietto

Empezaste con la bicicleta en BMX, después ya con las motos en motocross y enduro... ¿Cómo fueron tus inicios?
La BMX y la bicicleta en sí es una escuela, una escuela muy buena por el tema de las dos ruedas, por el tema del motor. Y bien, allí empecé a entrenar, a ir a competiciones, después pasé al motocross, al enduro, al campeonato del mundo de enduro... Poco a poco me fui introduciendo en las dos ruedas, sobre todo en el motor, y la bicicleta nunca la he dejado porque sigo entrenando y me encanta, es una pasión que tengo.

¿Esta pasión por la moto ha sido una tradición familiar?
Los inicios, primero en bicicleta, después empecé a lavarle la moto a mi hermano. Mientras que él iba de fiesta, pues yo hacía mis entrenos a escondidas. Estudiar no me gustaba mucho y empecé a trabajar muy joven, a los 14 años, con una bobcat, con una máquina pequeña, ayudando sobre todo los veranos y haciendo el primer dinero, porque al final, pues, mis padres veían la moto como un poco peligroso... siempre han estado un poco en contra.

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Poco a poco, ir picando piedra y me compré la primera moto. Y, a partir de allí, fue rodado. El fin de semana, en vez de ir de fiesta o ir a cenar con los colegas, lo invertía en ir a entrenar por mi cuenta, como podía, con un amigo que tenía carné. Y poco a poco introducimos en el motocross, que hubo un taller que me ayudó en el primer campeonato de Catalunya, cuando yo ya tenía 17-18 años. Empecé bastante tarde con la moto porque no tenía dinero para comprármela antes. Y pues, poco a poco yendo entrenando... siempre he sido supertrabajador, supercompetitivo y entrenar al máximo, más que los demás siempre. Se me daba bien porque yo creo que la escuela de la bicicleta me ha dado un plus. Hicimos una evolución muy buena y año tras año las marcas empezaron a apostar por mí, primero con el enduro, después hicimos el Mundial de enduro, con espónsores... y después el sueño, mi sueño era el Dakar, y a partir de allí empezó la historia más profesional de Joan Pedrero.

Joan Pedrero hablando / Foto: Carlos Baglietto

En aquel momento tu deporte no era tan conocido y la sociedad pensaba más en el fútbol o en el baloncesto. ¿Por qué te dedicas al mundo de las motos?
Bien, de hecho, yo empecé también con el fútbol, técnicamente no era bueno, pero me ponían en defensa y no pasaba ni Dios. El primer partido me acuerdo que marqué de portería a portería en Llaveneres. Vi despistado al portero que estaba adelantado y digo 'tú, mete aquí el balón que hago un trallazo y se la meto por encima'. Empecé con el fútbol e hice la balanza: el fútbol me gustaba pero no me daba lo que me daba la moto. Cuando estoy enfadado cojo la moto; cuando estoy contento cojo la moto. Forma una parte de mi vida, que es muy importante.

¿Y en estos inicios tenías algún referente?
Referente, siempre ha sido mi padre. Mi padre mi mayor referente. Sí que conozco a muchos pilotos y he tenido muchas historias con muchos pilotos de buenas, y sobre todo con el tema del Dakar: Nani (Roma), Marc (Coma), todo esto lo he seguido de muy cerca.

 

Ibas a debutar en el Dakar del 2008, que finalmente se canceló. ¿Cómo recuerdas aquel momento?
Fue muy duro porque yo llevaba espónsores amigos. Me costó muchísimo porque con el tema del presupuesto iba muy justo. Empezamos con un equipo muy pequeño, que daban la moto, pero tenía que pagar. Es un deporte muy caro, que no hay espónsores que luchen por esto, no es el fútbol, no es el baloncesto. Esto es otro mundo, esto es un desierto, como el que corremos, y al final lo conseguí. Y claro, estar allí y decir, ostras, no, que se anula. Fue un golpe muy duro porque nos costó muchísimo llegar a aquel momento y sobre todo a toda la gente que nos había ayudado, que eran 100 euros o lo que sea, pero cada uno había metido su grano de arena y fue complicado.

El debut fue en Sudamérica en 2009... ¿cómo lo viviste?
Inhumano. Creo que es la etapa mejor de mi vida, no el mejor Dakar de mi vida. En la primera etapa ya tuve un problema, perdí 11 horas, salía muy atrás, pero yo creo que fue por algo. Creo que aquello fue un aviso, porque iba con muchas ganas y era muy rápido. Pasó eso, acabamos, y por lo menos terminamos el primer Dakar.

Has corrido el Dakar en Sudamérica y también en Arabia Saudí, ¿qué diferencias hay entre ellos?
Nada que ver. Arabia es un buen desierto, la verdad que es un desierto inhumano, enorme, con mucho por hacer, mucho por recorrer, pero nada que ver con Sudamérica. Creo que Sudamérica ha sido el Dakar más bonito de toda la historia. Y porque no conozco el de África, pero hemos estado corriendo diez años en Sudamérica y creo que es lo mejor de mi vida con diferencia... el tema de la gente, los fanáticos, los recorridos, llegar a Bolivia, cruzar el Salar de Uyuni.... Toda la experiencia que hemos pasado, las buenas posiciones, buen rollo con los compañeros, vivencias, también cosas malas porque hemos vivido también accidentes de compañeros... tengo un recuerdo muy, muy bueno.

¿Cómo es vivir el día a día del Dakar?
En el día a día, sobre todo, tienes que tener una rutina muy marcada. Mi vida cotidiana la hago que se parezca más al Dakar. Por ejemplo, me voy a dormir muy pronto, me levanto muy temprano, y quieras o no, pues, no tienes el jet lag, que cuando llegas allí tienes diferentes cambios de horario, de situaciones... Yo lo he vivido, ha sido toda una formación, al principio vas muy perdido, Como si vienes a trabajar aquí y no sabes dónde está el boli o no sabes dónde está el ordenador. Allí es lo mismo. Año tras año te hace mejorar muchísimo, coges mucha experiencia sobre la carrera, conoces a los de la salida, conoces a los del control, yo conozco a todo el mundo, o sea, yo me hago con todo el mundo, y eso creo que es muy importante porque el día que pasa algo te pueden ayudar.

¿Acaba siendo una rutina?
El Dakar es una rutina muy marcada, el 1, el 2, el 3, lo que se tiene que hacer, cuándo se debe ir a dormir, cuando te tienes que duchar, cuando tienes que comer, y es que sin eso es muy difícil hacer el Dakar. Es la prueba más dura del mundo y lo tienes que tener mucho claro, tienes que jugar mucho psicológicamente, tienes que estar bien preparado, que no tengas problemas en casa porque también te perjudica, y estar lo más centrado posible, porque al final llegas allí y sabes cuándo llegas pero no sabes cuándo vuelves, y eso lo tienes en la cabeza también. Y no es broma, eso es verdad porque nos pasa a todos y es la realidad.

¿Tienes alguna anécdota positiva o graciosa de estos 15 años que has estado en el Dakar?
Tengo tantas anécdotas que no recuerdo ni una, pero me llevo el cariño de la gente. Lo hemos pasado muy mal en el desierto, pero también cuando se acaba hacemos una fiesta con toda la organización, con toda la gente, que valoras todo lo que hemos hecho y es como si, ostras, me he salvado de esta. Por eso yo creo que el Dakar engancha tanto, es muy duro porque siempre que llegas ya no quieres volver, pero cuando acabas te dices que quieres volver el año que viene.

 

Este año no correrás el Dakar, sino que irás a la África Eco Race, ¿por qué has hecho este cambio?
Llevo 15 Dakars en moto, el último que hice fue en Original by Motul (sin asistencia), y eso no es como el fútbol que si marcas el gol eres al amo, aquí son las motos, la afición quiere que ganes pero es muy complicado. Al final somos 150 pilotos que queremos ganar y es muy complicado. Es la carrera más dura del mundo y si quedas el 20 es como si hicieras un resultado muy malo. El año pasado hice el 21 y Joan Pedrero en el Dakar yo creo que ya ha hecho la etapa.

Y ahora al lado de Harley-Davidson...
Con Harley empezamos hace dos años el proyecto y empezamos a hablar de la África Eco Race. También hice un camión de asistencia con mi padre, que lo construí con él, y podemos hacer un equipo. El equipo de Harley en la África Eco Race son yo, mi gente y mis vehículos. Entonces salió el proyecto este entre Harley-Davidson y yo. También haremos un documental explicando todo lo que pasa, cómo entreno, mi vida cotidiana... y queremos mostrar un poco la moto. La moto es totalmente de serie, lo único que llevamos son los aparatos de navegación, que eso se tiene que llevar. Y con la ilusión que yo siempre he querido correr en África, pues creo que es un proyecto muy bueno, muy bonito. Lo que queremos es llegar al final, sobre todo, y si después ya vamos en buena posición, bienvenida sea. Pero no nos lo tomamos como una carrera, sino que lo vemos como una aventura con esta moto y un reto muy grande.

¿Cómo es competir con una Harley-Davidson?
Es una Harley, pero es la competencia de la GS, de la KTM 1290 o de la Africa Twin. Esto es una maxi-trail, de moto de campo es la más grande que hay. Son las mayores motos que se utilizan para viajar y para hacer un trozo de pista con maletas, una aventura o dar la vuelta al mundo. Pero no es una moto para desierto o para competición 100%. Nosotros lo queremos mostrar, y no queremos que la gente haga lo que yo hago, porque al final soy un piloto profesional y yo me entreno para esto. Soy un especialista com esta moto, sé dónde tengo que pisar, sé dónde no tengo que pisar y tengo mucha experiencia y miles de kilómetros por el desierto. Entonces por esto hacemos este reto y sobre todo para enseñar esta moto, lo que puede hacer y la durabilidad que tiene. Todo el mundo podrá comprar la moto de Joan Pedrero, que es la Harley Pan America, porque no tocan nada. Los neumáticos que llevamos, si tú la pides con tacos, serán los mismos neumáticos que nosotros, y la moto no está modificada ni de suspensión, no está modificada de nada. Este es el reto, esto es lo más importante de lo que hacemos.

Esta aventura de la África Eco Race recuerda y es el sucesor, sin tener el nombre, del Dakar.
Embarcamos en Mónaco, cogemos el barco en Sète, vamos a Nador, que está en Marruecos, cruzamos todo Marruecos, que lo he hecho de arriba a abajo, pero después entramos en Mauritania, Senegal y llegamos a Dakar. Me hace especial ilusión sobre todo llegar a Dakar, porque al final mi vida ha estado muy vinculada al Dakar, y acabar esta carrera es muy importante para mí.

¿Será un sueño hecho realidad?
Sí, y tanto. Yo creo que es de los mayores retos que he hecho. Sí que el Dakar es un reto muy grande, pero con esta moto es un extra, porque al final es una moto casi de calle, que puedes ir por montaña, puedes ir por carretera, pero no es la moto adecuada, sino que llevamos 100 y pico kilos más que los demás, los neumáticos no son los adecuados porque son de tacos pero no son de desierto. Tenemos que ir pasando las cosas, las dunas, intentar estar lo más adelante posible, intentando no caerse, que es una de las partes más importantes y, sobre todo, cuidar la mecánica.

Joan Pedrero, durante la entrevista / Foto: Carlos Baglietto

Es una moto que no está adaptada para el desierto pero al final son 6.000 kilómetros. ¿Es un reto más duro que el que has tenido en el Dakar?
El que entienda de esto sabe el reto que es, porque al final es una moto que pesa mucho pero no más ni menos que una maxi-trail, sino lo mismo. Es una moto que su peso es todo igualado y es una moto que se hace complicado ir por el desierto. Harley ha confiado en mí para hacer este reto, porque me han visto por el desierto, ven la experiencia que tengo y saben que podemos hacerlo. Y este es mi reto, hacerla llegar sobre todo al final.

¿Cómo te preparas físicamente para estar en forma?
Yo tengo un entrenador que me entrena día sí y día también. Si no entreno con él, entreno muchas horas de moto, y hay una base de entreno que ya tenemos año tras año, que nos conocemos. El deportista lo más importante es que se conozca él mismo su cuerpo. Sabe cuándo puede apretar, sabe cuándo no, sabemos cuándo estamos bien y cuándo no estamos bien. Es la diferencia entre deportista de élite o deportista normal, que no tiene el feeling que tenemos nosotros.

¿Y el entreno mental?
Si tienes físico pero no tienes cabeza, tampoco haces nada. Y esto (la cabeza) manda más que los músculos que puedas tener. Está clarísimo que la cabeza manda en todo, en todos los trabajos, no solo con los deportistas, es lo que te dirá la dirección buena.

¿Y cómo trabajas a nivel psicológico?
Cuando estamos con la moto pensamos muchísimo, vemos como nubes... pensamos en la madre, pensamos en el amigo, en una situación jodida, en un entreno durísimo que hemos tenido... vas generando un contenido en tu cabeza, que es lo que te hace tirar adelante, que estás seguro de ti mismo. Estuve en el CAR de Sant Cugat con psicólogos y vi cómo podía mejorar y cómo no. Me fue muy bien. Estuve 5 o 6 años con el psicólogo y ya ahora doy su clase sin él porque ya me conozco mucho. La experiencia es un grado y cuánto mayor te haces más entiendes lo que me decía, porque en aquel primer año me decía 'ostras, el Diego este está chalado, está peor que yo'. Y realmente ahora sí que lo pongo en marcha y sí que tenía razón.

Joan Pedrero, en el plató de ElNacional.cat / Foto: Carlos Baglietto

¿Qué te hace más respeto de la África Eco Race?
Lo que más respeto me da es la arena, porque en Mauritania dicen que está muy blanda y con esta moto no puedes clavarte. Si clavas con esta moto puedes fundirte físicamente. Y siempre necesitas una pequeña inercia, por ejemplo con las motos del Dakar tú puedes parar en plano, pero con esta moto en la arena no puedes parar, porque si paras en plano cuesta mucho arrancar por el peso que tiene, y los neumáticos sobre todo, porque llevamos unos neumáticos que el taco es diferente. Es lo que más me preocupa. De dureza, que sea duro, pero mientras que la moto camine, para mí perfecto.

Cada vez quedan menos días para empezar... ¿tienes nervios?
[Ríe] Sí hombre, nervios siempre hay, si no no sería una carrera, pero no como antes. Que venga, ningún problema. Sí que tienes nervios porque es un proyecto muy grande y hemos apostado 100% por este proyecto yo y Harley, y no puedo fallar. Hay muchas cosas, pero yo estoy seguro de mí mismo que puedo hacer un buen proyecto.

Has dicho que lo que quieres es acabar la carrera, ¿pero tienes algún otro objetivo un poco más ambicioso?
Siempre. Siempre que te diga un deportista que 'no, yo quiero esto', siempre hay un punto dos. Lo que pasa es que estoy muy loco con esto de pensar y no decirlo todo. Yo lo que quiero es llegar, esto es lo más importante del proyecto, y creo que saldrá una buena posición. En la general no lo sé, porque no sé los rivales y tampoco he querido mirar mucho, pero depende de la arena. Si fuera pista rápida ya te garantizo que de los seis primeros. Pero sé que hay mucha arena, entonces sabemos que no podemos apretar, después en las piedras también tenemos que vigilar muchísimo porque es una moto baja y llevamos los neumáticos que son bastante diferentes a los demás, no llevamos protecciones en los neumáticos y tenemos que vigilar muchísimo. Todo el rato tenemos que pensar en la navegación, pero en lo que más tenemos que pensar es en la moto.

 

Ya mirando al futuro, ¿qué crees que te hará decir basta?
No lo sé. Hoy estoy aquí y mañana no lo sé. Después de todo lo que pasa, porque si ves las noticias alucinas... no lo sé. Hoy estoy con este proyecto, mañana yo creo que también continuaré [ríe], pero lo que tengo claro es que si hago algo que sea fuera de la moto será con otro vehículo, y si no no estaré de jefe de equipo porque no quiero estar vinculado a las carreras. A mí me gusta conducir una moto u otro vehículo, pero esto de mandar a la gente, los mecánicos, no. Cuando acabe de esto, acabo, y acabo al 100%.

¿Y si algún día dejas la moto con qué otro vehículo te gustaría correr?
El camión. Yo vengo de una familia de vehículos grandes, de maquinaria, y a mí me encanta el camión. Lo tengo claro. Si no hubiera salido este proyecto hubiera hecho un cambio. Pero tengo claro que si corro, corro camión.