Nadie imaginaba un inicio como blaugrana de Joao Félix tan impresionante. El portugués ha caído de pie en el Barça, recordando al jovencísimo mago que deslumbró a toda Europa cuando inició su carrera en la élite con el Benfica. Xavi Hernández no lo ha dudado y le ha dado la titularidad, y la respuesta del portugués han sido dos exhibiciones, contra el Betis y el Amberes. Goles, asistencias y un entendimiento con Lewandowski que han generado una ilusión inusitada en la afición del Barça.
El problema que a nadie se le escapa es que la cesión de Joao Félix es una operación trampa para el Barça. El Atlético de Madrid renovó al jugador, hasta el 2027, para rebajarle el salario. El portugués aceptó, ya que era la única manera de salir cedido. Su cláusula, eso sí, se mantuvo en los 350 millones o, lo que es lo mismo, que el club que lo quiera fichar tendrá que sentarse a negociar con Gil Marín.
Una trampa encubierta
El Barça gana a corto plazo, ya que tiene por un precio de saldo a un jugador extraordinario. El problema es que la operación tiene una parte oscura en la que los blaugrana siempre pierden. Si Joao Félix mantiene el nivel actual pasará a ser uno de los grandes caramelos de Europa, una operación con el Atlético frotándose las manos y con el Barça en fuera de juego, ya que es imposible que el club blaugrana pueda competir económicamente con el resto de gigantes europeos.
Y si Joao Félix no rinde al máximo nivel, volverá al Atlético de Madrid, que tendrá un problema mayúsculo, pero al menos se habrá ahorrado la ficha de esta temporada, que asume el Barça. Habrá sido una apuesta fallida.
Media hora, pendiente de Joao Félix
De momento, Jorge Mendes sigue teniendo la bandeja de entrada llena de intereses de clubes europeos. Este verano, sin ir más lejos, equipos como el PSG, el Liverpool y el Arsenal se interesaron por el mediapunta portugués, que se negó en rotundo de escuchar otras ofertas, obsesionado con fichar por el Barça.
El problema llegará en el momento en el que toque negociar un traspaso. El Atlético de Madrid invirtió 127 millones en el portugués, por lo que llegado el momento de desprenderse de él no lo va a regalar. Los colchoneros pedirán el máximo posible, y más si clubes con el músculo económico del PSG, el Liverpool o el Arsenal están en la ecuación. La duda, claro está, es si merece la pena promocionar a un jugador que difícilmente se quedará o si es mejor darle esos minutos a futbolistas como Lamine Yamal, Ferran Torres o Raphinha. De momento, todos son sonrisas, y no es para menos, ya que Joao Félix está rindiendo de una forma espectacular. El problema llegará cuando llegue la primavera y toque decidir qué hacer con el jugador.