El paso del tiempo revela algunos de los secretos más inconfesables y mejor guardados. Y en ocasiones, por no decir la mayoría de veces, eso juega en contra de los jugadores, que quedan retratados, como es el caso de Jordi Alba. Porque en Francia han dado la exclusiva de que estuvo negociando su desembarco en el Paris Saint-Germain el mismo verano en el que Leo Messi llegó al club, pues querían seguir compartiendo vestuario.
Una de las primeras peticiones que el crack argentino hizo a Nasser Al-Khelaïfi fue probar suerte e intentar llevarse al lateral del Barça. Y aceptó sin pensárselo, razón por la cual comenzaron a negociar con el futbolista; todo esto, a espaldas de Joan Laporta y de Mateu Alemany. Finalmente, todo quedó en nada, aunque el interés existió, y la predisposición de ambas partes era buena. Pero, como es lógico, los azulgranas no querían perder a otra de sus estrellas.
Y menos, semanas después de que se confirmara la marcha del siete veces ganador del Balón de Oro. El ‘18’ mantuvo en silencio todo esto, y no quiso decir que había intentado mudarse al Parque de los Príncipes, pero ahora todo ha salido a la luz, y ha quedado en muy mal lugar. Sobre todo, después de que hace tan solo unas semanas afirmara que su compromiso en el Camp Nou es total, y que no tiene intención de retirarse en otro club.
Pese a los intentos del Barça de desprenderse del ex del Gimnàstic de Tarragona, del Cornellá y del Valencia, en todo momento se encontraron con la negativa del internacional español, que insiste en seguir a las órdenes de Xavi Hernández, por mucho que tenga un papel secundario, siendo el principal damnificado por la irrupción de Alejandro Balde, y también, por la contratación de Marcos Alonso en la recta final del mercado veraniego.
Aaun así, se espera que Alba siga hasta 2024, cuando finaliza su contrato, pues ya no tiene ninguna oferta para irse. El PSG ha perdido por completo el interés que mostró en él, viendo el declive que ha experimentado en los últimos meses.
Jordi Alba, ¿nuevo capitán del Barça?
Y Jordi Alba no solo tiene muchos números de quedarse en el Barça, sino que puede convertirse en el nuevo capitán de la plantilla. El brazalete quedará libre con la marcha de Sergio Busquets, que ha informado que no renovará su contrato y se irá en junio, y el de L’Hospitalet de Llobregat sería el heredero.
Así pues, que la historia puede cambiar de manera radical para el defensa de 33 años.