Una de las operaciones que el Barça intentó cerrar en la recta final del mercado fue la salida de Jordi Alba. Porque con la irrupción del joven Alejandro Balde y la probable llegada de Marcos Alonso, que está pendiente de anunciarse, el ‘18’ se había quedado sin espacio en los planes de Xavi Hernández. Por ese motivo, Joan Laporta trató de buscarle un destino, para así poder ahorrarse el elevado salario que percibe, y que hace tiempo que no está justificando.
Y es que el rendimiento del ex del Valencia y del Gimnástic de Tarragona dejó de ser el esperado hace ya algunas campañas. Sin embargo, nadie se había atrevido a enviarlo al banquillo hasta ahora. No cabe duda de que es realmente sorprendente que lo haya hecho el técnico de Terrassa, debido a la gran relación que tenía con él, como se ha podido comprobar en varias ocasiones, yéndose a cenar juntos. Pero hay que separar la amistad del trabajo.
El internacional español está muy dolido por esta decisión, aunque no es lo que más le ha molestado. Porque, sin discusión, lo que más le ha disgustado es que traten de echarle del Camp Nou sin consultarle previamente, y sin aviso. Prácticamente de un día para otro, le comunicaron que debía de marcharse, y que habían aceptado una oferta de cesión de parte del Inter de Milán, para que se fuera a jugar un año a la Serie A.
Una propuesta que Alba rechazó al instante. Por mucho que tenga complicado disponer de continuidad en el Barça, no se plantea otra idea que no sea la de retirarse allí, imitando a su compañero Gerard Piqué, un caso muy similar. Así que tardó pocos segundos en descartar categóricamente su salida con dirección al Giusseppe Meazza, por mucho que Mateu Alemany le insistiera y tratara de convencerle de que era lo mejor para él y para todos.
Habrá que ver si Jordi ha tomado la decisión correcta, o acaba arrepintiéndose. En especial, si esto provoca que Luis Enrique lo deje fuera de la lista de convocados para el Mundial de Qatar…
Jordi Alba promete dar mucha guerra en el vestuario
También es una incógnita ver cómo esto puede afectar en el vestuario. Porque sin duda, tener a dos pesos muy pesados como Jordi Alba y como Piqué en esta situación amenaza con traer problemas al ambiente que se respira. Y Xavi, que no hay que olvidar que casi no tiene experiencia, puede encontrarse con dificultades para gestionar este contratiempo.
Pero ninguna amenaza provocará que el egarense cambie de opinión, y seguirá haciendo lo que crea más conveniente y beneficioso para el Barça.