Balaídos. Minuto 80 del Celta-Barça, un partido en el que los blaugrana desaprovecharán un 0-3 favorable. Riqui Puig, a quien Sergi Barjuan le ha dado la oportunidad de jugar para aportar control en el centro del campo, pierde un balón, otro más, lo que provoca que Jordi Alba se lo recrimine con una bronca monumental. La situación no pasa desapercibida, pues ejemplifica que, como ocurre entre los aficionados del Barça, Riqui Puig genera tantas filias como fobias dentro del vestuario.
Es sabido su amistad con un peso pesado como Gerard Piqué, su protector, así como también que para otros veteranos, como Jordi Alba, Riqui Puig es un futbolista que disfruta de unos privilegios que no le deberían corresponder a un jugador de su edad e incidencia en el juego del equipo. Koeman, de hecho, no dudó en echarle en cara que filtrara demasiadas cosas de dentro del vestuario, una decisión que fue aplaudida por varios componentes de la plantilla. El jugador fue invitado a irse cedido, pero se negó.
Beneficiado con la llegada de Xavi
Y ahora, claro está, a nadie se le escapa que Riqui Puig sale reforzado con el aterrizaje de Xavi Hernández al banquillo. El centrocampista, que luce el mítico 6 de Xavi, comparte representante con el técnico, además de ser un perfil de centrocampista con todo de cara para ganar minutos. Riqui Puig esperaba ansioso el despido de Koeman, un entrenador que le había puesto la cruz, por lo que ahora siente que tiene una nueva oportunidad, y con un entrenador que habla su mismo idioma futbolístico.
Eso no quita que haya jugadores que, como ocurrió en Vigo, consideren que Riqui Puig todavía está muy verde, a pesar de comportarse en ocasiones como un jugador veterano. La última, la fotografía del otro día de Riqui Puig posando y alardeando de poder económico, mostrando su móvil de última generación, su reloj, una manta de lujo e incluso unos cojines con sus iniciales.
Puede ser un jugador importante
El vestuario blaugrana, sin embargo, sabe que en estos momentos Riqui Puig es intocable. De vivir en el ostracismo con Koeman a ver como su incidencia en el equipo crecerá con Xavi, a riesgo de que el ego del futbolista se dispare. El entrenador no le regalará nada a nadie, pero parece obvio que le dará minutos a un jugador de un perfil que Xavi necesita para recuperar el fútbol de posesión.
Al vestuario, pues, no le queda más remedio que esperar que el canterano madure con Xavi en el banquillo y empiece a mostrar la calidad que se le presupone. Partidos como el de Vigo y ostentaciones como las de la comentada fotografía no le ayudan en nada.