No hay indulto para Jordi Alba. Pese a que en la selección española haya sido titular indiscutible durante el Mundial de Qatar, ofreciendo un nivel bastante notable, su salida del Barça está decidida. No hay nada que pueda hacer cambiar de opinión a Xavi Hernández, que seguirá apostando por Alejandro Balde, ni tampoco a Joan Laporta y a Mateu Alemany, que tienen decidido deshacerse de una de las fichas más costosas de la plantilla.
Los planes siguen siendo los mismos, y pasan por desprenderse del defensa de 33 años. No están satisfechos con el rendimiento que ha ofrecido esta campaña, ni tampoco en las anteriores, y consideran que ha llegado el momento de separar los caminos. Por ello, está prevista una reunión con él y con su representante en el mes de enero, para tratar de convencerle de que lo mejor es una despedida, y no seguir alargando su relación, que se ha convertido en tóxica.
Tal y como hicieron con Gerard Piqué, esperan que el ‘18’ entre en razón, y valore que sus días en el Camp Nou han llegado a su fin, después de más de una década en el club. Para muchos, es el mejor lateral zurdo de la historia de la entidad, pero simplemente ya no está en su plenitud, y toca pensar en un relevo generacional. Esperan que lo acepte con caballerosidad, y que no ponga más impedimentos ni obstáculos, una cosa que ya hizo en verano.
Tenían pactada su cesión al Inter de Milán por un año, pero el ex del Valencia y del Gimnástic de Tarragona se negó. Jordi no quería abandonar el Barça, y aprovechó que todavía tiene contrato en vigor para quedarse en la plantilla. Sin embargo, ya fue advertido de que su rol sería totalmente secundario, y lo que se ha encontrado no le puede pillar por sorpresa, pues se ha cumplido absolutamente todo de lo que le dijeron.
Si Alba quiere seguir, no podrán hacer nada, pero espera que en verano por fin llegue el momento en el cual haga las maletas. Xavi no quiere verlo en el vestuario en la próxima campaña.
Jordi Alba, enemistado con Laporta
Las presiones del Barça hacia la figura de Jordi Alba son constantes, y esto puede provocar que su enemistad con Laporta aumente aún más. Es evidente que ya no tienen buena relación, y así se pudo comprobar a raíz de las declaraciones que concedió el de L’Hospitalet de Llobregat hace poco.
En ellas, criticó al presidente por no decirle las cosas a la cara, e intentar echarlo a sus espaldas, sin consultarle previamente.