Jorge Martín llega a Montmeló con el anhelado cetro de MotoGP prácticamente en la palma de su mano. El de Pramac encara el GP Solidario de Barcelona con 24 puntos de ventaja sobre Pecco Bagnaia, y aunque hay multitud de posibilidades de que sea el español quien cante el alirón incluso ya en la carrera sprint, el '89' sabe que las prisas son malas cconsejeras.
"No tengo ninguna prisa en cerrar el campeonato", adelantaba este martes. Como el Mr. Sábado que es, con ya 7 sprints en su haber en la presente temporada, una nueva victoria este sábado lo coronaría automáticamente campeón del mundo. No obstante, el madrileño sabe que Bagnaia lo llevará al límite y subraya que lo que no tiene que hacer es "perder el título por querer cerrarlo precipitadamente".
Las cuentas y la presión pueden ser los principales enemigos de Jorge Martín
A nivel de números, es fácil llegar a un escenario con Jorge Martín campeón. Sumando los 12 y los 25 que se podría adjudicar Pecco Bagnaia en caso de ganar las dos carreras en el Circuit de Barcelona-Catalunya, sumaria un total de 498 puntos. A día de hoy, Jorge Martín tiene 485. Si suma los 12 de la sprint, será matemáticamente campeón porque se situaría con 497 y Pecco solo podría aspirar a sumar 495 si fuera segundo y ganara el domingo.
Sea como sea, y tal como ha recogido el futuro piloto de Aprilia en sus declaraciones, no se volverá loco buscando la victoria en la jornada sabatina. Tan solo tiene que sumar 14 puntos más que Pecco Bagnaia durante todo el fin de semana para ser campeón y Jorge Martín tiene muchas maneras de hacerlo. Por ejemplo, en caso de no puntuar el sábado, siendo 3.º domingo le sería suficiente. También se convertiría en campeón en la capital catalana si fuera 6.º el sábado y 6.º el domingo. De igual manera, sumen ustedes mismos 14 puntos con cualquier criterio, sabiendo que se reparten 12, 9, 7, 6, 5, 4, 3, 2 y 1 punto los sábados y 25, 20, 16, 13, 11, 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2 y 1 punto los domingos.
Montmeló en noviembre, una trampa muy peligrosa
Y no solo Jorge Martín tendrá que andarse con mucho cuidado con las condiciones de pista, sino que todos los pilotos de la parrilla se tendrán que adaptar a una asfalto que se augura frío. La previsión meteorológica vaticinaba condiciones estables de cara al fin de semana, pero con el paso de los días se ha complicado y podría incluso deparar un último Gran Premio en mojado. Con todo, en caso de no llover, Montmeló en noviembre no deja ser una trampa muy peligrosa. El asfalto catalán ya fue traidor durante el fin de semana del 25 y 26 de mayo y ahora, con la pista más fría, puede convertirse en un reto todavía peor.