Pasan los partidos y las semanas y Ansu Fati sigue sin ser titular en este Barça. El 10 blaugrana, que está destinado a marcar una época en el Camp Nou, sigue sometiéndose al plan diseñado por el cuerpo técnico y los servicios médicos para evitar una recaída de sus lesiones. No obstante, alarma en el barcelonismo que el jugador que debía ser el heredero de Leo Messi sea claro suplente de Ousmane Dembélé y de Raphinha, o que incluso Xavi opte por un dibujo con cuatro centrocampistas, escorando a Pedri o a Gavi a una banda.
Ansu Fati sigue siendo suplente en el Barça de Xavi Hernández
Las dudas y las sospechas son todavía mayores porque se ha demostrado que este plan no ha funcionado, pues el Barça se ha quedado fuera de la Champions League a las primeras de cambio y Ansu, muchas veces, demuestra en media hora más que los que juegan de inicio. La afición tiene en él a uno de los jugadores más queridos, y cada vez que juega o marca se ve una conexión especial con la grada. No obstante, no es raro pensar que ni el futbolista ni su entorno están contentos con como se está gestionando su entrada en el equipo.
De hecho, su representante Jorge Mendes sabe el riesgo que eso supone. Primero, que el valor de su representado, uno de los jóvenes talentos más atractivos del fútbol, caiga en picado a medio o largo plazo. Y pensando más en los próximos meses, también existe un riesgo evidente de que se pierda el Mundial, ya que en la última convocatoria Luis Enrique ya no lo llevó.
Jorge Mendes amenazó con llevárselo en verano
Recuerda el periodista Alfredo Martínez en Sport que Mendes ya ha amenazado en el Barça con la posibilidad de sondear el mercado y valorar las alternativas que pueden llegar por Ansu el próximo verano. No obstante, según la citada información, en el club no existen nervios de ningún tipo. En el Barça cuentan con la tranquilidad que, tras la renovación de hace unos meses, el contrato del extremo expira en 2027.
Además, el Barça demostró que quiere que sea una de las piedras angulares del equipo en la próxima década, firmándole una cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros, lo que debería asegurarle la continuidad. En estos contextos, todos los movimientos provienen de los nervios de los representantes y Ansu debe limitarse a rendir, marcar, y hacerse un hueco en los esquemas de Xavi Hernández. Le quedan unas semanas para jugar bien e ir convocado a Qatar, donde tendría un escaparate enorme antes de volver para la segunda parte de la temporada, donde debería empezar a ser mucho más decisivo.