La subasta por la servilleta con la cual se firmó el primer contrato de Leo Messi, prevista inicialmente entre los días 18 y 27 de marzo, se ha vuelto a aplazar. La casa de subastas Bonhams ha establecido el nuevo periodo para llevar a cabo la subasta entre el 8 y 17 de mayo.
Este nuevo aplazamiento se debe al litigio de que mantienen Josep Maria Minguella y Horacio Gaggioli, dos de los tres firmantes de la servilleta por la cual se aseguró el fichaje de Messi por el Barça el 14 de diciembre del año 2000. Minguella ha afirmado en declaraciones a ElNacional.cat que no entiende cómo puede ser que un documento del cual "no se tiene ningún certificado de propiedad" pueda estar aceptado por una casa de subastas.
Sin la ayuda del Barça
El exagente FIFA ha confesado que el caso está en manos de sus abogados, por lo cual no sabe cómo puede acabar evolucionando. En cualquier caso, él seguirá luchando para intentar que esta parte de la historia del club azulgrana acabe en el Museo del Barça. Una lucha en la cual está "solo", ya que el club no se ha puesto en contacto con él para hacer posible su objetivo.
"El único que alguna vez me ha dicho que tenía intención de que la servilleta acabara expuesto en el museo es su director (Jordi Penas)", ha afirmado Minguella. Esta propuesta, no obstante, no fue de manera formal, sino en una conversación casual entre los dos. "No he tenido ningún apoyo del Barça ni de ningún socio", confirma.
"La servilleta no tiene ningún valor, ya cumplió su función"
El mismo Minguella considera que la servilleta no tiene un valor más allá del simbólico. "La servilleta no tiene ningún valor, ya cumplió su función, que era asegurar el fichaje de Messi en un momento en que tenían dudas," afirma el firmante del contrato junto con Gaggioli y Carles Rexach, quien era secretario técnico del Barça en el momento de la firma. Los directivos del club no estaban seguros del fichaje de un chico de 13 años con el físico tan "delgado" de Messi, aunque la familia ya estaba alojada en Barcelona. Los Messi estuvieron cerca de dar por muerta la operación hasta que entre Minguella y Rexach decidieron firmar este contrato para que no se marchara.
La servilleta está en una caja fuerte de un banco de seguridad de Andorra, donde vive Gaggioli, impulsor de la subasta. Antes, sin embargo, lo tenía Minguella en su despacho, "entre todos los papeles que tenía", como él confirma. No sabe cómo ha podido acabar en otras manos, pero lo que tiene claro es que este documento tiene que estar expuesto en el Museo del Barça, como está intentando.