El gran tema polémico de la semana pasada fue el del veto de los clubs españoles a Catalunya. El primero en prohibir a sus futbolistas jugar con la selección catalana fue el Valladolid, pero también se añadieron el Rayo Vallecano y el Huesca.
Precisamente el club aragonés fue el caso que menos se entendió, ya que a pesar de alegar motivos deportivos y el hecho de que se están jugando mantenerse en Primera División para no dejar convocar a los catalanes, el tiro les ha salido por la culata. Entonces prohibieron a los catalanes Enric Gallego y Àlex Gallar jugar con Catalunya porque era un partido amistoso, pero en cambio sí dejaron marcharse con Venezuela a sus futbolistas Juanpi Añor y Yangel Herrera. Y curiosamente también solo tenían partidos amistosos.
La pregunta que se hacía todo el mundo era si aparte de los motivos deportivos, totalmente legítimos, había un factor político. ¿Por qué dejar a sus futbolistas marcharse con Venezuela y no con Catalunya? ¿Tenían miedo que los catalanes se lesionaran?
Esta decisión, un tanto inconexa, ha acabado volviéndoles como un bumerang. Algunos dicen que es el karma y algunos que han sido mala fortuna, pero uno de los futbolistas venezolanos que sí dejaron jugar contra Catalunya, Juanpi Añor, se lesionó en el partido de Montilivi.
Ningún futbolista del Huesca jugó con Catalunya y dos lo hicieron con Venezuela. El resultado del partido fue a favor de los catalanes, con una victoria por 2-1. Ningún futbolista del combinado catalán se lesionó y curiosamente el único que se hizo daño fue Juanpi, del Huesca y Venezuela. La próxima vez quizás cambiarán de opinión y serán más coherentes: o todos o nadie.