Gerard Piqué está viviendo un inicio de temporada para olvidar. Y es que parece que el central catalán se ha dado cuenta de que su carrera en el Barça ha llegado a su final. Por primera vez desde que volvió al Camp Nou, en el verano del 2008, Piqué no se siente querido, ni por el club, ni por el entrenador, ni por la afición, una sensación nueva que le ha hecho ver que toca hacer las maletas. Ya decidirá si cuelga las botas o si se busca otro equipo, presumiblemente en los Estados Unidos, pero el primer paso ya está decidido.

"Piqué se irá, no tengo ningún tipo de duda”, ha afirmado Ibai Llanos, popular streamer, amigo y socio de Piqué, en su canal de Twitch. “Creo que es la primera vez en su carrera que se ha dado cuenta de que es suplente en el Barcelona. También es la primera vez que él ve que no es útil para el Barça. El año pasado sí era útil para el equipo, pero este año se ha dado cuenta de que ya no lo es”, ha añadido el creador de contenidos.

Gerard Piqué, en el banquillo del Santiago Bernabéu / Foto: Europa Press

Piqué, de líder al ostracismo

Y es que el partido contra el Inter de Milán ha sido el golpe de gracia. Xavi Hernández, a principios de verano, se reunió con Piqué para comunicarle que la temporada entrante sería suplente, le insinuó que lo mejor era que diera un paso al lado, que se fuera antes de que le echaran, que una retirada a tiempo era una victoria, como hiciera él mismo o Andrés Iniesta. Piqué desoyó el consejo y le contestó que ya podían traer al mejor central del mundo, que él lo superaría.

El Barça fichó a Koundé y Christensen, además de darle galones a Eric Garcia y a Araujo, lo que convirtió a Piqué en el 5º central de la plantilla. A Xavi Hernández, como con Jordi Alba, no le tembló el pulso y dejó a Piqué en el banquillo, dejando imágenes totalmente inimaginables hace apenas unos meses. El problema vino con el parón de selecciones. Araujo y Koundé cayeron lesionados, a los que se unió Christensen en el Giuseppe Meazza. A Xavi no le quedaba más remedio que darle la titularidad a Piqué en el decisivo Barça-Inter de Milán.

Gerard Piqué, en el partido contra el Inter de Milán / Foto: EFE

El desastroso partido contra el Inter

Piqué tenía ante sí la gran oportunidad que llevaba semanas esperando. Podía volver a ser el líder de la defensa en un partido importante, demostrar que merecía seguir siendo titular. Ya en la primera parte falló al tirar la línea del fuera de juego en una acción que, por suerte, terminó con Dzeko rematando al larguero. Después, el catalán estuvo acertado en el juego aéreo.

Con 1-0 en el marcador y el Barça dominando, parecía que todo iba sobre ruedas. Y fue entonces cuando llegó una jugada que, desgraciadamente, acompañará para siempre a Piqué. Centro corto para nadie y el central pide calma y deja pasar el balón. Barella está solo detrás y el italiano no desaprovecha el regalo para marcar el 1-1. A partir de ahí todo fue un desastre, con la imagen grotesca de un Piqué pidiendo fuera de juego en la jugada del 3-2, cuando Lautaro salía de su propio terreno de juego.