Carlo Ancelotti tiene un problema endémico en el vestuario del Real Madrid, que tiene nombre y apellido: Eden Hazard. El belga ya es, sin riesgo a equivocarse, el peor fichaje de la historia del Real Madrid y, por ende, de la historia del fútbol. Aterrizó en el Santiago Bernabéu en la temporada 2019/20 como el mejor futbolista de la Premier y uno de los mejores de todo el mundo, pero tras cuatro temporadas de blanco, nunca ha llegado ni siquiera a parecerse a eso. Sus reiteradas lesiones y su estado de forma han ido contribuyendo a la narrativa que lo convierte, actualmente, en poco menos que un exjugador.
Eden Hazard lleva más de un año sin jugar un partido completo
Hazard tiene contrato hasta 2024 y un sueldo de auténtica estrella, pero es lo único que tiene de crack. Lleva sin jugar un partido oficial desde el 3 de enero, cuando jugó algo más de una hora en el campo del Cacereño en Copa del Rey. Pero es que para encontrar el último partido en el que fue capaz de jugar los 90 minutos fue en diciembre de 2021, en un empate a 0 contra el Cádiz en el Bernabéu. Casi un año y medio más tarde, nadie espera nada de él. Carlo Ancelotti ya lleva tiempo asistiendo resignado al declive pronunciado de un futbolista que es una molestia en el equipo.
Primero, porque su altísimo salario, acompañado de su nulo rendimiento, ha hecho totalmente imposible encontrarle una salida durante los últimos mercados. Aunque Florentino Pérez lo haya puesto en el escaparate, nadie ha confiado lo suficiente en su redención como para ofrecerle un contrato que le compensara al jugador renunciar a un sueldo mayor en el Real Madrid. Para entender que se haya llegado a esta situación de no retorno, no se puede obviar que el comportamiento del ex del Chelsea ha dejado mucho que desear.
Casi no se habla de una de las peores operaciones de la historia
Aunque las lesiones han sido su gran lacra, en cada pretemporada llegaba muy pasado de peso y le costa algunas semanas acercarse al ritmo competitivo. Todo ello ha ido sumando motivos para que el madridismo haya pasado de un estado de enfado a uno de resignación con él.
Ancelotti, que siempre ha destacado por su gestión de vestuario, ha conseguido que no se haga demasiado ruido a su alrededor, cuando la prensa y toda la afición se podría haber obcecado mucho más con su caso. De hecho, seguro que en un año y medio, cuando agote su contrato y salga del equipo, lo hará sin mucha polvareda. Se seguirá un perfil bajo y no muchos hablarán de una de las operaciones más ruinosas del deporte rey en el mercado de fichajes.