El show de Antoine Griezmann tendrá más capítulos del que se emitió por televisión. La decisión del delantero francés, comunicada a través de un documental de media hora, desnuda a la directiva del Barça. Y lo hace con la complicidad de uno de los jugadores con más peso en el vestuario: Gerard Piqué. El central, aspirante a la presidencia del club cuando cuelgue las botas, contribuyó en la producción de 'La Decisión', nombre con el que se bautizó el famoso vídeo.
Las primeras imágenes del documental fechan del 16 de abril, cuando Griezmann, supuestamente, se empieza a replantear su futuro: Atlético de Madrid o Barça. Desde entonces, 'Kosmos Studios', productora vinculada a Piqué, ha seguido los pasos de un jugador que quería acercarse a las estrellas de la NBA, sus ídolos. Y para hacerlo ha jugado a dos bandas, mercadeando con los sentimientos y pensando únicamente en el beneficio personal.
Griezmann seguía mudo porque sabía que no podía estropear un estreno que llevaba días cocinando. El giro de guion cogió por sorpresa al Barça, que confiaba firmarlo por la cláusula de rescisión cuando se abriera el mercado de fichajes. El revés del anuncio también es indicativo del status que ha alcanzado la plantilla. Piqué se ha permitido el lujo, como hizo cuando Neymar le confesó en la boda de Leo Messi que quería marcharse al París Saint-Germain, de actuar al margen del club de su vida.
La directiva de Josep Maria Bartomeu ha vuelto a quedar en fuera de juego. Samuel Umtiti, que le siguió el juego a Piqué promocionando el documental de Griezmann a través de las redes sociales, también despreció al club después de haber firmado una multimillonaria renovación. Los futbolistas parece que van por libre, sin detenerse a pensar que el Barça se estaba jugando una inversión de más de cien millones de euros.
Además del ridículo público, el club puede tener un problema todavía mayor. El documental enseña una conversación después de que la hermana y representante de Griezmann se reuniera con el Barça. Una negociación que podría fundamentar una denuncia del Atlético de Madrid.
¿Sin respuesta?
Los acontecimientos han atropellado al Barça, que empieza el verano de la misma manera que acabó el del año pasado: desestabilizado. El 'no' televisado de Griezmann supone el punto más bajo de la directiva, obligada a reaccionar para defender sus intereses. La situación guarda muchas similitudes con el desprecio de Julen Lopetegui a la selección española.
La distancia entre la directiva y la plantilla es cada vez más evidente. Incluso, algunos miembros del vestuario, que en los últimos días han reivindicado el papel de la Masia, no han entendido los cambios en el organigrama deportivo. Robert Fernández dejará de ser el secretario técnico después del 30 de junio para dar paso al binomio formado por Éric Abidal y Ramón Planes.
La marcha de Robert deja a Bartomeu sin paraguas ni excusas. El Barça, debilitado, necesita un golpe de efecto a ojos de los rivales para no empequeñecerse más en el panorama internacional. Y ahora, después de dejar escapar la oportunidad de Griezmann, necesita reforzar el medio del campo con un jugador de primera línea que dé continuidad al perfil de Andrés Iniesta.