Uno de los protagonistas del partido que enfrentó al Barça y a la Juventus de Turín fue Sergi Roberto. Pero no por algo positivo, ciertamente, a diferencia de Ousmane Dembélé, sino porque sorprendió ver como se marchaba del terreno de juego cuando ni siquiera había concluido la primera mitad. Una cosa que sorprendió a todos, y que provocó que se comenzara a especular sobre el posible descontento que Xavi Hernández tenía con él por su actuación.
Sin embargo, el entrenador de Terrassa dejó muy claro en rueda de prensa que era algo que ya tenían pactado antes de que sonara el pitido inicial. Simplemente quería que disputara unos pocos minutos como titular, para que pudiera acumular un poco de ritmo competitivo. Pero al parecer, no le veía preparado todavía para poder aguantar los 45 minutos, razón por la cual fue sustituido por Sergiño Dest cuando llevaba poco más de media hora.
Y lo cierto es que esto tiene sentido, ya que el de Reus lleva dos campañas sin poder jugar prácticamente nada, por culpa de sus constantes lesiones y sus problemas físicos. Además, no se puede negar que el ‘20’ cuenta con la total confianza del ex entrenador del Al-Sadd, como se demostró hace unas semanas, cuando su contrato fue renovado. Todo el mundo daba por hecho que se marcharía libre el 30 de junio, momento en el que su documento de trabajo caducaba.
Pero Joan Laporta sorprendió a todos anunciando la continuidad de Roberto, una decisión que no fue bien recibida por la afición. Porque gran parte de la grada del Camp Nou estaba a favor de que se marchara, al considerar que ya no está preparado para poder ayudar al equipo. Además, no le perdonan el hecho de que se negara a rebajarse el salario cuando se lo pidieron, y que no se solidarizara con la delicada situación económica que atraviesan.
No se lo esperaban de Sergi, quien siempre había presumido de su amor y su lealtad al escudo. Y no es que tuviera una ficha baja, pues cobraba cerca de 10 millones de euros netos por temporada.
Ronald Koeman quiso echar a Roberto
Finalmente, y viendo que no tuvo ofertas para irse, a Roberto no le quedó de más remedio que seguir en el Barça. Es decir, que no fue su primera opción. Por suerte, tuvo a Xavi como aliado, que presionó a Joan Laporta y a Mateu Alemany para que prolongaran su vínculo.
Todo lo contrario a lo que hizo Ronald Koeman, que en su día trató de hacer todo lo posible para que se fuera. Y es que estaba convencido de que no tenía el nivel necesario para poder jugar, y mucho menos ser titular.
En este caso, la afición sí que dio la razón al neerlandés…